Ayer Google cumplió lo prometido y anunció el soporte oficial y para todos los públicos de las extensiones en su navegador, Google Chrome. El anuncio llegaba acompañado, además, ya que además de ese soporte para extensiones aparecieron las versiones de Google Chrome Beta para Linux y Mac OS X, algo que ha hecho que este sea el lanzamiento que todos quisimos ver cuando Chrome debutó en septiembre de 2008 y del que hablé en aquel post titulado «Google Chrome: el navegador como sistema operativo«. Curioso que lo titulara así, sobre todo cuando no se sabía nada oficial de Chrome OS. ¡Tengo poderes!
Sea como fuere, este anuncio certifica el papel protagonista de Google en el segmento de los navegadores de Internet. Internet Explorer no hace más que caer versión tras versión, y Firefox ya tiene una cuota global de más del 20% -en algunas regiones del mapa su cuota ya es superior a la de IE-. Google Chrome ha crecido lenta pero progresivamente durante todos estos meses, y es probable que dicha evolución positiva no haga más que acentuarse en los próximos meses. Porque lo que Google lo hace, suele hacerlo muy bien, y las extensiones para su navegador no son una excepción.
En este mundo de la informática en el que todos copian de todos -aunque luego unos y otros luchen por quién fue el primero- era normal esperar que la solución de Google al problema de las extensiones fuera muy parecida a la que ofreció Firefox desde el principio. De hecho, todo lo referido a las extensiones de Chrome recuerda mucho, demasiado, a Firefox.
El repositorio de extensiones -donde podéis encontrar todas las disponibles- dispone de un listado con una calificación, valoración y comentarios de los usuarios, y para cada extensión tenemos una breve descripción y un botón que nos invita a instalar la extensión. Sin más.
Así pues, la instalación y la puesta en marcha de las extensiones es inmediata, aunque curiosamente no es necesario reiniciar el navegador, como sí hay que hacer con Firefox. En Google disponemos del menú específico para gestionar las extensiones, en el que vuelve a copiarse el diseño de Firefox al hacer que cada extensión disponga de la opción de deshabilitación y desinstalación, junto con un botón para configurar sus opciones, si las tiene. Lo único que no me convence: que cada extensión tenga un botón a la derecha de la barra de direcciones, algo que puede convertir esa barra en una pequeña locura.
A estas horas hay ya 435 extensiones, y entre ellas están algunas de las imprescindibles de Firefox como AdBlock, y solo es cuestión de tiempo que el número de extensiones crezca como la espuma. Google es probablemente la empresa desarrolladora más activa en todo el mundo -y si no, comprobad la cantidad de servicios y nuevas características que se anuncian cada día- así que es de esperar que pronto tengamos un catálogo de extensiones que debería comenzar a hacer temblar a Firefox.
Y es que el navegador de Mozilla puede verse afectado negativamente por Google Chrome: tal y como yo lo veo, es probable que los usuarios opten entre Internet Explorer (casi obligatorio para muchas empresas y usuarios a pesar de Windows 7 y la famosa Ballot Screen) y Chrome o Internet Explorer y Firefox como su «binomio» de navegadores, y no como «Chrome y Firefox», que sería lo que nos gustaría a muchos.
Así que dudo que la cuota que gane Chrome sea recuperada de IE, sino que probablemente le robe cuota a Firefox. Pero así es la competencia. No respeta a nadie, ni siquiera a hipotéticos aliados por una filosofía o ideas compartidas. En mi caso, Chrome se está convirtiendo en una constante en mi Koji (el netbook), y poco a poco va pasando lo mismo en el PC que uso a diario.
Hola Javier. Además, hay que tener en cuenta que el 91% de la facturación de Mozilla es a Google, que le paga un tanto por cada búsqueda que hace desde el campo de búsqueda del Firefox.
¿Qué pasará ahora cuando Google tenga un navegador competitivo, bien nutrido de extensiones y bien desarrollado de base? ¿Dejará de querer a Firefox? Es posible que las vías de financiación se resientan…
Yo hace tiempo que cambié ya Firefox por Chrome, harto de los consumos de RAM y CPU exagerados y su lentitud. Eso y las pestañas multihilo me hicieron cambiar. Después de mucho uso tuve claro también que en cuanto se generalizaran las extensiones de Chrome, adiós Firefox.
Ahora que me he pasado a Mac, uso tanto Safari como Chrome (también en Win y Ubuntu), y no hecho de menos para nada Firefox o IE.
A ver si un día me animo con Opera, que no le acabo de coger el gustillo…
St3f@NoV (vaya nick): hombre, les doy importancia porque creo que la tienen, pero al César lo que es del César: creo que Chrome es una pasada, pero al mismo tiempo ya viste que Chrome OS me parece «un puto fiasco» (palabras textuales).
De todos modos comprendo esos temores, aunque no los comparto. Pensaba escribir un post sobre eso próximamente, así que estate atento para comentar 😉
Opera. Dadle una oportunidad. Esos si q llevan 10 años innovando y nadie les hace caso.
Rápido, seguro, cumple los estándares y fueron siempre los tontos que inventaron todo, mientras los niños pijos (léase los pudientes como firefox, chrome, explorer) se llevaban el mérito: pestañas, gestos de ratón (hace 12 años de esto), marcadores sincronizados, servidor ftp, etc, etc, etc… )
Por supuesto, para gustos colores, pero dadle una oportunidad. Va tan suave en Arch Linux como en windows. Dadle una oportunidad. No se merece ese 3% de cuota de mercado con todo lo que ha hecho por mejorar la experiencia de los usuarios ante el navegador.
Un saludo
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