Tecnología

La falacia de la web en modo texto

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En Protocol publicaban estos días una reflexión titulada ‘The plain-text internet is coming‘. David Pierce, ex-theverge, comentaba el caso de éxito de Plain Text Sports, una web con marcadores de encuentros deportivos en EEUU que tiene una particularidad: está creada únicamente con texto. El aspecto en modo oscuro es este:

El invento es curioso y desde luego tiene sus ventajas. Entre otras, que esa página no pesa prácticamente nada y que se carga instantáneamente incluso en conexiones con bajo ancho de banda. No tiene imágenes, no hay pop-ups, no hay seguimiento.

El creador, Paul Julius Martínez, la hizo porque estaba harto de cómo está la web hoy en día. Es normal: yo también estoy bastante hasta las narices y así lo comenté hace unos meses. Nunca fue tan molesto navegar por internet: las ventanas emergentes, los vídeos que se autoreproducen —y en Xataka los usamos, que conste, pero lo hacemos para que yo y mis compis podamos comer— y los malditos avisos de cookies o notificaciones son una condena.

Martínez se curró ese sitio web para tener una fuente de información rápida y sin más historias. Ni siquiera tiene el aviso de cookies —en Incognitosis, por cierto, nunca lo he activado—, y por supuesto no hay nada de publicidad, algo que parece contraproducente porque la página es muy visitada: unos 100.000 usuarios la cargaron en algún momento del día cuando la web se hizo viral en Hacker News, y aunque ahora el tráfico es algo menor, es por lo visto bastante potente.

Esa popularidad podría hacer que algún patrocinador acabara aprovechando para tener allí su oportunidad para anunciarse y así Martínez lograra cierta rentabilidad, así que hasta ahí todo bien.

Mi problema con esa reflexión no es que haya sitios web de este estilo. Hay muchos y los hay fantásticos. Yo consulto a diario Hacker News, pero no la original sino hckr news, que es una versión «elegante» de la anterior pero que conserva el amor total por el modo texto. Hay otros ejemplos, desde luego, pero como decía mi problema con la reflexión no es ese.

Mi problema es que eso de que «la internet en modo texto está llegando» es una estupidez. Esa web siempre ha estado ahí, pero la gente no quiere una internet (solo) en modo texto. Al menos, no para la inmensa mayoría de las cosas. Quieren imágenes, quieren vídeo (a gogó), quieren una web llena de todo.

Lo que no quieren (queremos) es mierda.

¿Cómo solucionar eso? Bueno, yo solo veo una manera, y es algo de lo que he hablado mucho aquí. Si no quieres ver publicidad, si no quieres pop-ups, si no quieres vídeos reproducidos automáticamente, solo tendrías que hacer una cosa.

Pagar.

Quienes hacen esas webs viven de esa publicidad y de esos vídeos. Yo odio ambas cosas, pero vivo de esto, así que soy coherente: es un mal necesario. Por eso tantas veces —al final de esta entrada queda patente— he abogado por un modelo de suscripción para los medios. Un Spotify o un Netflix de los medios que debería permitirnos navegar por internet con la garantía de que 1) no va a haber publicidad, 2) no van a monitorizarnos y 3) la experiencia de lectura y consumo de contenidos va a ser totalmente limpia. Sin trucos, sin morralla. Sin mierda.

Pero si no pagamos por esa web —y no hay casi nadie que quiera hacerlo— lo tenemos crudo. Recuerdo el caso de Canal+. Cuando se inició aquella era, uno de los reclamos de este canal era precisamente que no había publicidad. Bueno, la había, pero era solo interna: te mostraban las pelis y contenidos que se estrenaban allí. Era chulísimo. RTVE acabaría haciendo lo mismo en 2010. Bueno, casi.

Lo curioso, queridos lectores, es que el viejo modelo publicitario de la televisión vuelve a atacarnos. YouTube o Twitch, que eran la teórica revolución de la televisión, se parecen cada vez más a ella. Anuncios por todos lados, influencers que ahora se dedican a hacer telebasura y cotillean entre ellos, y pseudo-influencers que son más vendemotos (y vendecosas) que gente que merezca la pena seguir.

Hay afortunadamente reductos en unos y otros extremos: sitios web que respetan bastante al lector y también cadenas televisivas o servicios que hacen lo propio. Y sin embargo, incluso aquellos medios que han adoptado modelos de suscripción lo hacen sin eliminar de todo la publicidad. Yo mismo tengo mis Incognichollos, aunque intento que al menos no molesten en buena parte de la experiencia: es la forma menos invasiva que he encontrado de intentar sacar algo de partido al tiempo que he invertido todos estos años en Incognitosis.

Yo podría quitar esos afiliados, por supuesto, pero igual entonces me acabaría cansando de escribir por afición sin más y me dedicaría a otras cosas. Igual algún día lo hago para probar y dejo solo los canales de Twitter y Telegram para esas ofertas, pero de momento me temo que los incognichollos seguirán estando donde están, al final de cada post.

Y perdonad, que como siempre me estoy enrollando. El problema al final no es la web en modo texto. Siempre estuvo allí, y de resurgir acabará también contaminada. Podríamos tener una web limpita e impoluta. Una en el que la experiencia de lectura fuera perfecta, sin historietas. El problema es el de siempre. Que queremos todo limpito, y lo queremos por la cara.

Chungo pelota, chavales. Chungo pelota.

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7 comentarios en “La falacia de la web en modo texto

  1. Hergest dice:

    El problema que veo es que, aún pagando, te van a seguir monotorizando y vendiendo tus datos, metiendo «publicidad» (product placement, por ejemplo).
    Ya está ocurriendo (bancos, empresas de comercio electrónico, de móviles, etc.) .
    Sin ir más lejos, uno paga la suscripción de Movistar +, y cuando vas a ver cualquier cosa, te ponen un anuncio previo de 20 segundos o más (a parte de banners en la pantalla de navegación).
    ¿Solución? No sé, pero está visto que ni pagando…

    • Eso es lamentable. Como lo de pagar la entrada del cine y tener que tragarse un rato los anuncios. Y si encima te monitorizan, mal están haciendo las cosas. A no ser que compense mucho -quizás por la idea de que te recomienden contenidos- eso da argumentos para pensarse si seguir o no suscrito al servicio de turno.

    • Si te dedicas profesionalmente a crear contenido (el que sea) para que otros lo consuman, lo normal es que quieras ganar dinero con ello. Es como cualquier otro trabajo. Yo no voy al Carrefour esperando que me regalen el chuletón, ni tampoco a un restaurante esperando comer gratis.

      Hay gente que hace cosas por afición y sin esperar cobrar por ello, pero no estamos hablando de eso. Al menos, yo no.

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