No sé si recordáis la historia de Harry y ‘El peor jugador del mundo de Battlefield 1‘, pero aquello fue el principio de una larga, larguísima carrera con ese juego que se ha convertido en una constante en mi vida durante los últimos cinco años.

Ha sido con diferencia el juego al que más he jugado —más aún que al FIFA—, así que cuando EA y DICE anunciaron hace tres años y pico que lanzarían ‘Battlefield V‘, esperé con muchas ganas aquella entrega que tanto prometía. Desde el principio la cosa fue rara con el debate por la diversidad, pero el resultado final del juego fue en mi opinión mediocre, con una mezclara rara del BF de toda la vida y el Fortnite que, la verdad, a mí no me enganchó. ¿Qué hice?

Seguí jugando al Battlefield 1.

Lo he hecho todo este tiempo, pero cuando salió ‘Battlefield 2042’ hace unos meses me dije que tenía que probarlo y volver a valorar. Solo pude hacerlo un rato cuando abrieron la beta y las impresiones fueron buenas, pero la verdad es que parecía casi demasiado moderno. Anclado como estaba ya en mi Primera Guerra Mundial, que es el escenario de BF1, lo de BF2042 parecía un poco demasiado modernito para mí.

El caso es que el pasado viernes lo comentaba con mi hijo adoptivo en Xataka, Jose García. Con Jose, que es más majo que las pesetas, comparto la afición por el Battlefield y por el pádel. Digo que comparto porque él sabe, como yo sé, que soy muy superior a él en ambas, pero como es joven ya tendrá tiempo de (intentar) ganarme. Nos reímos mucho con esto (bueno, sobre todo yo), y como él hizo unas primeras impresiones para Xataka me tentaba de cuando en cuando: ‘venga padre, píllatelo y jugamos alguna juntos’.

Total, que el viernes me dije, ‘¿para qué está el dinero?’ y me lo pillé. Tampoco es que fuera muy caro, 31 euros en la oferta en la que lo encontré, y aunque me dio un poco de guerra al instalarlo —por alguna razón no acababa de arrancar, se puede solucionar con este método—, al ratito ya estaba dándole duro al juego.

Como suele ser habitual, cuando uno empieza con un juego de este palo lo normal es que le superen los acontecimientos. Demasiadas cosas a las que prestar atención, demasiado vertiginoso todo, sobre todo para alguien que ya va notando que los reflejos caen un poquito y que los niños rusos, como siempre, están dispuestos a hacerle a uno la puñeta.

Dio igual: el juego me encantó. Es cierto que los mapas son grandes y que hay ratos en los que tienes que correr un rato hasta llegar hasta algún sitio (y tienes tantas ganas de llegar que normalmente te despistas, la cagas y te matan nada más llegar a destino), pero me flipan los vehículos (los helicópteros son telita, los cazas parecen un poco desaprovechados en este tipo de conflictos) y unas mecánicas que aprovechan un montón de cosas nuevas.

Por ejemplo, los efectos atmosféricos (me metí en uno de los tornados, mooola) o lo de que haya por todos lados presencia de juego ‘en altura’, esto es: baderas que capturar en las cimas de los rascacielos, el estadio inundado de arena que está en el desierto —es flipante la ambientación—, las tirolinas con las que subes o bajas de edificios y grúas, etc. Súper bien conseguido.

Lo que no me mola tanto es que hayan quitado algunos elementos clásicos, como lo de poder asomarte cuando te agachas detrás de algún muro o alguna puerta: eso permitía cubrirte antes de apuntar y disparar y tener muchas opciones de cargarte al colega de turno, pero ahora no hay tu tía.

Se había criticado mucho el tema de que al final las clases ya prácticamente no existan: puedes ser médico y llevar el mismo pepino de sniper que el francotirador, por ejemplo. A mí eso, la verdad, me mola, y por ahora estoy haciéndome a las armas y acostumbrándome a unos controles que por ahora tengo solo medio aprendidos de mi larga experiencia con BF1.

¿El resultado? Pues por ahora diría que no soy el peor jugador del mundo de Battlefield 2042, pero no por mucho. Soy bastante paquete, sigo siendo bastante alocado, y como juego con gente en patrulla pero un poco a mi bola —no tengo amigos que jueguen a videojuegos, los míos se dedican más al tema culinario, je— voy un poco a mi aire aunque en esta entrega sea un poco más loco hacerlo. Da igual: me lo paso teta.

He grabado un pequeño vídeo con un fragmento de una partida que he jugado hace poco y que resulta que ha sido de las mejores que he hecho hasta el momento. No sale que mate a nadie (porras), pero al menos sí hago bastantes reanimaciones y quedo medio normalito. Pero os prometo que maté a bastantes (15 o 16, que para mí es una pasada) y salí pensando que oye, igual debería apuntarme a un equipo de eSports. O quizás mejor no 😉

Ele. Si os molan este tipo de títulos, yo que vosotros le daría una oportunidad. Y si se la dais, igual nos encontramos en Singapur, Songdo o en Doha dándolo todo. Sea cual sea el mapa en el que juguéis, morir espectacularmente o no no importa: podéis vengaros a los pocos segundos (o seguir muriendo espectacularmente, que también mola).