Tecnología

La utopía del navegador como sistema operativo

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Hay pocas cosas que haga fuera del navegador hoy en día. Diría más bien que hay pocos momentos en los que esté usando algo que no sea un navegador. Leo y escribo en él, consulto Twitter en él, uso mis aplicaciones de mensajería en él, veo vídeos en él (YouTube, Netflix, etc.) y también escucho música desde el navegador.

¿Qué no hago? Cosas que también podría hacer en el navegador. Por ejemplo, usar el cliente de Slack, editar fotos con Photoshop o incluso editar algún vídeo familiar con Canopus Edius (un gran desconocido que a mí me atrapó hace años). Todas esas cosas podría hacerlas también desde el navegador, que se ha convertido casi en un sistema operativo por derecho propio.

El concepto no es nuevo, por supuesto. Google lo maximiza en Chrome OS, un sistema operativo que apenas he usado aunque mis niños tienen un Chromebook en casa. El concepto es la prueba definitiva de que puedes hacerlo prácticamente todo desde el navegador. Algunos podrían decir hasta no hace mucho que lo que no podías hacer era jugar, pero eso ha cambiado también con el streaming de videojuegos.

Así pues, ¿para qué necesitamos a Linux, macOS o Windows 10? Uno podría decir que en realidad no son tan importantes. Para la mayoría de la gente no deberían serlo, y ciertamente ha habido muchas plataformas tecnológicas que han intentado aprovechar esa idea.

Firefox OS se mereció estar también en móviles mucho menos cutres que estos.

Chrome OS es una de ellas, pero yo recuerdo especialmente a Firefox OS, que quiso ser eso mismo para los móviles. No había aplicaciones nativas, todo eran aplicaciones y sobre todo estándares web. Abierto y maravilloso. Yo quise creer en esa promesa, pero aquellos apoyos iniciales de la industria fueron postureo total.

En Mozilla fueron poco ambiciosos en hardware —los móviles en los que corría aquello eran muy limitados— como en software —catálogo pobre a más no poder— o rendimiento —las aplicaciones web no lograban equipararse a las nativas en rendimiento salvo casos excepcionales—. Quizás recordéis el caso de Facebook, que presumió de tener un cliente estupendo basado en HTML5 y que acabó apostando por la app nativa y diciendo que habían metido la pata hasta el fondo con aquello de apostar por las web apps.

El caso es que Firefox OS no tuvo apenas recorrido, así que nunca sabremos hasta dónde podría haber llegado. Lo curioso es que Google, que tiene Chrome OS, no pone demasiada carne en el asador en esta plataforma, a la que mima poco en sus eventos para desarrolladores. Es sorprendente, sobre todo teniendo en cuenta que los Chromebooks se están vendiendo como rosquillas estos últimos meses a raíz de la pandemia.

Todo esto viene a cuento de la columna de Protocol de hace unos días. En ella David Pierce, viejo conocido de los medios tech en EE.UU., hablaba de que hay una startup que está intentando retar a Chrome y «reinventar el navegador web«. Esa startup se llama ‘The Browser Company’ —con un par— y están desarrollando un navegador llamado Arc a partir de la base de Chromium pero con ideas que dicen podrían ser originales.

¿En qué sentido? Precisamente en el de que el navegador sea menos navegador y más sistema operativo. En que las pestañas ya no importen y el concepto de aplicación, fichero y servicio se entremezcle. «En lugar de abrir Gmail en una pestaña los usuarios simplemente… abrirían Gmail», explica Pierce intentando destacar que tendríamos iconos de aplicaciones como en un sistema operativo normal. Como lo que hace Chrome OS, en realidad.

En Slashdot criticaban bastante la idea. Que si esto no es más que un intento de recolectar más datos, que si eso ya lo había predicho Bob Metcalfe en el 95 (lo dijo, sí) o que si la idea era absurda porque no hacía falta reinventar la rueda. Yo creo que las críticas eran lógicas, y no estoy seguro de que necesitemos un navegador que también sea sistema operativo.

A falta de nuevo Pixel Chromebook, el Samsung Galaxy Chromebook era una maravilla.

Ya tenemos sistemas operativos que son sistemas operativos, e incluso Chrome OS no es un navegador y ya: por debajo es en realidad una distribución Linux basada en Gentoo que luego permite incluso hacer otras cosas que últimamente están muy de moda como ejecutar apps Linux y Android como parte de la propuesta de Chrome OS. Tienes lo mejor de todos esos mundos en un mismo equipo, y eso puede molar bastante.

Yo, la verdad, no lo veo nada claro tampoco. Creía en la promesa de Firefox OS y las webapps y también creí en la promesa de las PWA (Progressive Web Apps), mucho más recientes pero con el mismo reto: lograr que nos olvidemos de las aplicaciones nativas y que lo ejecutemos todo desde el navegador. El problema es que ahí desarrolladores y gigantes actuales ceden control, y eso, queridos lectores, no es algo que guste ceder a unos u otros normalmente.

Igual me equivoco, pero diría que es complicado que el enfoque actual cambie. El navegador es cada vez más importante, sí, pero nos gusta tener un sistema operativo detrás para hacer esas otras cosas sin navegador. Solo aunque sea por tener la opción de hacerlas. O porque realmente se hacen mejor desde una aplicación nativa, que también (esto es especialmente cierto en plataformas móviles).

Habrá que ver de qué es capaz la empresa esta, que por cierto, tiene margen de maniobra porque les han dado 13 millones de dólares para experimentar. Ellos dicen que no quieren ser un Bell Labs con mogollón de cosas chulas que luego no llevan a nada, pero veremos, porque lo veo todo como muy difuso. Hay otros que están intentando cosas chulas en navegadores (Brave, diría, es el más destacado), pero ninguno logra cuota de mercado porque una vez más la inercia de Chrome es inmensa. Quien se instala Brave no suele ser tu madre o tu cuñao que es comercial. Lo instalamos los friquis, y ya si eso.

Total, que de navegador como sistema operativo nada. Que lo de «todo podría ser una URL» es muy bonito, pero implica demasiados cambios para el común de los mortales. Ya se sabe: si funciona, no lo toques.


Al hacer este post, por cierto, he acabado viendo un viejo vídeo de Xataka en el que Antonio Ortiz y yo debatíamos un rato sobre las muchas plataformas móviles que se estaban pegando en 2015 por tratar de luchar contra el duopolio de Android e iOS.

Me ha gustado revisitarlo, y a parte de hablar un poco de Windows 10, Ubuntu Touch o Firefox OS me han llamado la atención las conclusiones, que la verdad, no iban tan desencaminadas. Aquí lo tenéis por si queréis vernos en acción hace seis años.


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4 comentarios en “La utopía del navegador como sistema operativo

  1. Jher dice:

    Hoola Javi! Al hilo del tema, ¿sigues usando Firefox? ¿Has visto el nuevo rediseño? Me parece lo suficientemente feote como para plantearme la migración definitiva

  2. Raúl dice:

    Cansado de Android, sus capas, privacidad, etc me fui a Palm con su webOS en diferentes modelos de terminal y estando hasta sus últimos “días de soporte” por un sistema operativo sorprendente…sus teléfonos no tanto. Después me fui a Windows Phone, con unos Nokias interesantes, sus cámaras resultonas , un sistema sin muchos fallos pero con falta de aplicaciones para destacar y facilitarme mis necesidades; volviendo a iPhone/iOS y sus restricciones de usabilidad y libertad. Entre tanto, como terminal secundario aposté por Firefox OS por incondicional de la fundación, pero los móviles no estaban ni a la altura de smartphone y dejaron muy pronto el desarrollo del sistema…si hubieran aterrizado en móviles con más “chicha”, precio competente y apoyo de WhatsApp quizás cierto público lo hubiera adoptado…buen navegador, privacidad y sencillez…pero es que en el ZTE ni llamar era cómodo.En papel muy bonito pero en la realidad con Android en terminales tipo BBB y los seguidores de iPhone/iOS poco hay que hacer…una pena.

    • Carallo, qué valiente, siempre ahí con alternativas Raúl, muy bien! Sí, Firefox OS necesitaba como el agua terminales mucho más ambiciosos. Ese enfoque a países en vías de desarrollo estaba bien, pero tenían que haber desdoblado y tener también foco en móviles para mercados desarrollados. Aunque no compitieran con los iPhone de turno, ese enfoque a gamas ultrabajas hizo que aquí el interés fuera casi nulo.

      Lástima, como dices.

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