Tecnología

¿Tú también te envías correos a ti mismo?

·

En alguna ocasión he hablado de mi particular aversión a las listas de tareas. Es algo curioso, sobre todo si tenemos en cuenta que mi mujercita (¡pipi!) es precisamente todo lo contrario: una adicta a la lista de tareas. Tareítas, las llamamos por aquí. Con cierta sorna.

En alguna ocasión he tratado de usar alguna aplicación para organizarme mejor, pero he fracasado estrepitosamente. Incluso me leí un libro bastante lamentable sobre el tema. Aquí me siento plenamente identificado con Jeff Atwood, que hace años hablaba de su propio fracaso en este ámbito y de cómo ese invento jamás logró hacerle más productivo. En lugar de eso —como a otros—, destacaba que «mi lista de tareas estaba matándome». En ese post hace una reflexión importante

For the things in my life that actually mattered, I’ve never needed any to-do list to tell me to do them

Creo que para los que odiamos las listas de tareas, esa es la clave: es difícil que lo realmente importante se nos olvide. Eso lo tenemos presente de alguna forma, así que las listas de tareas nos acaban pareciendo una pesadilla que se retroalimenta: gestionarlas es en sí misma una tarea más.

Pero claro, eso no quiera decir que no necesite ayuda para organizarme, y de hecho soy tan proclive a la procrastinación como cualquiera. Dadme una ventanita de Twitter y temblad. Casi me da vergüenza confesarlo, pero para cuando necesito organizarme acabo recurriendo a trucos bastante cutres.

El más cutre es probablemente el de mandarme correos a mí mismo para recordarme cosas constantemente. Ni siquiera creo tareas de calendario: me mando un mensaje de correo rápido, algo inmediato que sé que voy a tener en mi buzón esperándome cuando lo abra en algún momento.

Aquí Gmail —por favor, deja de ser tan perfecto— se ha convertido una vez más en mi involuntario salvador, sobre todo por esa nueva opción de posponer los correos que permite dejar para mañana lo que no puedas quieras hacer hoy. Si llega un mensaje que puedo leer más tarde, lo pospongo (por cierto, Google, molaría un desplegable rápido que mostrara «Posponer X horas» como opción adicional a las que ofreces), y si es un recordatorio que yo me mandé en forma de correo, lo hago en ese momento, lo pospongo o, si es algo más relevante acabo creando una cita de calendario con ese acceso que hace tiempo Gmail incluyó como parte de su servicio web. Esas citas, además, están configuradas para que siempre me llegue un correo 10 minutos antes de la hora a la que las establezco.

Como veis todo está centrado en el correo electrónico y en Gmail, aplicación que tengo siempre abierta en una pestaña en el navegador y que suelo mirar más de lo que debería. Afortunadamente no me llegan demasiados mails -al menos no si comparo con otra gente que habla del tema- y la gestión de este tema suele ser bastante relajada.

Seguro que aquí cada uno tenéis vuestro propio método, pero me alegró descubrir que había más gente como yo. Mal de muchos, ya se sabe. Al menos no utilizo una cajetilla de Nobel, como hacía mi padre. Algo hemos ganado.

Suscríbete a Incognitosis

¡Recibe en tu correo las nuevas entradas!

Standard

18 comentarios en “¿Tú también te envías correos a ti mismo?

  1. Kazu dice:

    ¡Culpable! Aunque en mi caso me los mando con documentos desde el iPad al ordenador de clase. Y aunque parezca mentira muchas veces me vibra el móvil y digo: ¿quién será? ?

  2. Lambda dice:

    Yo creo que eso es algo más metodología que otra cosa: para currar uno ya sabe el orden y las prioridades.(Eisenhower tenía un diagrama muy chulo que jamás usó en papel, y decía que le funcionaba divinamente, o al menos le daba para ir al día xD, al contrario que Warren Buffet, a ése sí se le conoce por cumplir escrupulosamente el orden del día en sus listas. Different courses for different folks, I suppose.)

    Yo confieso que antes de dormir planifico a grandes rasgos el día posterior en la cabeza, y en 5 minutos me quedo tronco 🙂 para otras cosas, como fechas, está el calendario.

    Saludetes.

      • David dice:

        Jajaja, me has tocado la fibra sensible con el bullet journal. Años tirando de agenda día página, complementada con el calendario y las tareas de Outlook, y nunca llegué a sentirme agusto. En 2019 pegué el cambiazo, método bullet journal (más outlook, que la parte digital no me puede faltar, por aquello de compartir la información) y estoy encantado.
        ¡Vaya descubrimiento! La mejor forma (analógica) que he encontrado de combinar citas, tareas y anotaciones en un único cuaderno. Acostumbrado a la agenda, es verdad que al principio se hace un poco raro lo de diseñarlo tu mismo (sobre todo al principio del año y al comienzo de cada mes), y al método hay que acostumbrarse, pero después de que te haces a él es una maravilla.

  3. Sergio dice:

    Yo llevo TODOS mis pendientes, absolutamente TODOS (cosas como renovar el seguro del auto, el cumpleaños de mi esposa, cada mes y medio ir a la peluquería, etc. etc.) en Fantastical 2. Y ADEMÁS tengo programadas dos alarmas en mi móvil: una para recordarme consultar dicho calendario (mañanas), y otra para recordarme revisar que las cerraduras estén cerradas (noches).

    Antes de Fantastical 2 usaba el calendario de gmail y automáticamente me enviaba todos los días un mail con la agenda del día.

    Sí, soy un maniático, pero nunca se me pasa nada.

  4. jape dice:

    Yo, después de usar y probar un montón de programas, leer un montón de libros, ir a seminarios de GTD incluso de montar mi propio servidor de Omnifocus e hacer un plugin para sincronizarlo con Taskwarrior o hacer un bot de telegram que procesa las tareas en un Taskserver, he decidido pasar.

    Supongo que al final es una forma más no afrontar la lista de tareas, de fijar la atención en el continente y no en el contenido y procrastinar .

    He descubierto hace poco el Microsoft To Do, y me parece una joya, muy sencilla, que encaja con mi workflow.

    Igual debería intentar hacer un plugin para sincronizarlo con…

    • Si no te has leído la entrada de la cajetilla de Nobel, léetela, anda. Mi padre era de los de tu equipo (más o menos). Me pregunto cómo se hubiera organizado ahora, pero dudo que usase una app móvil o de ordenador para ello.

Comentarios cerrados