Tecnología

La tiranía de las contraseñas

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Decía el maestro Sabina —compusiese o no colocao, el tipo es un genio— aquello de que Madrid es invivible, pero insustituible. Esa misma analogía se puede aplicar a las contraseñas, maldición de casi toda interacción tecnológica que requiera seguridad, pero por ahora única forma de solucionar un problema que lleva machacándonos décadas y décadas.

Uno podría pensar que con lo mucho que hemos avanzado podríamos haber solventado ya el tema —aquello de OpenID parecía una buena opción, por ejemplo—, pero no. Seguimos usando contraseñas para casi todo, aunque es cierto que los lectores de huella dactilar o los sistemas de reconocimiento facial nos han hecho ver una lucecita al final del túnel.

La biometría es desde hace mucho la gran esperanza de este campo. En realidad es una de los tres famosos factores de autenticación, a saber:

  • Algo que tienes (un token)
  • Algo que sabes (una contraseña)
  • Algo que eres (tu huella, tu cara, tu iris)

Si combinas todas ellas, tienes la solución de seguridad ideal, pero claro, nosotros solemos centrarnos solo en la segunda pata (las contraseñas puras), o como mucho las combinamos con la primera o la tercera. Cosas como los gestores de contraseñas —yo uso KeePass desde hace un par de años y en general estoy contento— también ayudan a evitar el vicio de la reutilización, pero sigue habiendo problemas con este tema.

Esa es la razón de que lo que han anunciado hoy FIDO y la W3C mole tanto. Se trata del protocolo WebAuthn, orientado precisamente a poder usar la bendita biometría como sistema de autenticación en todo tipo de sitios web. Hasta ahora no había muchas más opciones que los de usar nombre de usuario y contraseña para acceder a todo tipo de servicios, pero con WebAuthn eso podría dejar de ser cierto.

Tenéis detalles técnicos en el documento de Mozilla y sobre todo en la especificación de la W3C (infumable para torpes como yo), pero como decían en Gizmodo la ventaja es doble:

En lugar de limitarse a una contraseña normal, la API también admite el uso de lectores de huellas dactilares, cámaras y llaves USB como método para iniciar sesión en su cuenta. De hecho, algunos casos de uso potencial hasta incluyen el uso del lector de huellas dactilares en el teléfono para iniciar sesión en un sitio web por la que estás navegando en tu equipo portátil o de escritorio, que puede no tener su propio sensor de huellas dactilares.

Eso mola. Estás en tu PC o portátil, te pide usuario y contraseña y, en lugar de meterla, pones el dedo en el smartphone que tienes en la mesa y listo, estás dentro. No es una idea nueva, pero la especificación la hace posible de forma global, abierta y gratuita. Cierto que los gestores de contraseñas y los propios navegadores autorellenan esos campos, pero ¿y si no queremos fiarnos de ellos? La opción de usar algo que somos (huella, cara) con algo que tenemos (un móvil) mola bastante, y es probable que uno pueda añadir además algo que solo él sabe, como una contraseña específica para ese servicio para esa hipotética autenticación en dos pasos.

No todos en la industria están en el barco: parece que Apple pasa y va a la suya una vez más, pero que el protocolo tenga el apoyo de Google, Mozilla, Opera o Microsoft Edge es bastante notable.

No sé, quizás este sea el principio de un bonito futuro en el que bastará con que miremos a la webcam del móvil o del PC o usemos nuestra huella dactilar para autenticarnos en cualquier servicio. Sé que ya se puede hacer algo así en según qué casos, pero estandarizarlo, universalizarlo y «empaquetarlo» para que cualquiera lo pueda hacer pero todos lo hagan de la misma forma mola. Mola mucho.

Quién sabe. Quizás la gran revolución de futuro no son los coches autónomos o la inteligencia artificial. Quizás la gran revolución sea no tener que volver a recordar o meter una maldita contraseña en toda tu vida. Ays.

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9 comentarios en “La tiranía de las contraseñas

  1. Carlos dice:

    Y no es más peligroso que tus huellas biométricas circulen por ahí? Hay que dar por hecho que habrá hackeos y usos indebidos. Creo que es una temeridad dar esa información, tendrán fichada a toda la población y podrán reproducirlo donde quieran

    • nadie dice:

      Me parece que la información biométrica que se almacena no es una ‘fotocopia’ de tu huella o de tus ojos de la misma manera que tampoco se guardan las contraseñas que utilizamos para entrar en algún sistema informático. Lo que se guarda es el resultado de una función resumen. De ahí que si olvidas tu contraseña lo más que pueden hacer los administradores es darte la oportunidad de introducir una contraseña nueva. Porque ellos no saben cuál era tu contraseña original.

      ¿Y cómo se sabe que la contraseña es correcta? Pues muy sencillo, cuando escribes tu contraseña se calcula la función resumen y se compara el resultado con lo que se tiene en la base de datos. Si coincide es que la contraseña es correcta.

      Las funciones resumen (o funciones hash) se caracterizan porque funcionan en un solo sentido, es decir, partiendo de los datos de entrada se obtienen unos datos de salida que funcionan como huella o resumen. Pero no puedes utilizar la salida para recuperar los datos originales.

      En lo que sí coincido contigo es en la idea de tener que tener activada la cámara o el micrófono todo el tiempo con la excusa de que se está utilizando como mecanismo de identificación. Nos venden la moto de que es un sistema más cómo y efectivo cuando en realidad lo que quieren es que tengamos los dispositivos bien preparados y dispuestos para el gran hermano. La prueba es que ningún ordenador tiene un interruptor que active y desactive físicamente (cortocircuite) la cámara o el micrófono. Y eso que es absolutamente trivial.

      Ahora nos están metiendo asistentes de voz por todos los sitios y éstos tampoco tienen un mecanismo alternativo de activación. Con lo fácil que es desarrollar algo como una pulsera con un interruptor que mande una señal que active el micrófono cuando quieres dirigirte al asistente. Como el mando de la televisión. No tendrías que decir frases estúpidas para llamar la atención del asistente y éste no tendría que estar activado todo el tiempo intentando analizar todas las palabras que se digan en su presencia. Pero claro, hay a quien le interesa que el chisme esté todo el tiempo escuchando. A la gente le da igual. La gente sólo quiere repetir como loros Ok Google, o Alexa, o lo que sea.

      Yo hace tiempo que pienso que la privacidad es una batalla perdida y que más tarde o más temprano terminaremos todos controlados y sometidos. Sólo que esta vez no será cuestión de un loco con delirios de grandeza que sea recordado por haber sido derrotado en un conflicto bélico mundial. Esta vez será algo global y definitivo. Mi esperanza es que yo ya no ande por aquí. No se puede hacer nada cuando la mayoría de la gente se comporta como borregos. Mira lo que ha pasado con Facebook y a nadie le importa ya.

      • Carlos dice:

        Gracias por la explicación, muy buena. Poco que añadir porque opino igual. Únicamente añadir que desconfío completamente de que el lector de huellas solamente pueda generar una clave de identificación y, no en cambio, tomar una imagen literal de tu iris o de tu huella digital.

        Por otra parte, imaginemos que se pierde un móvil. Será lógico pensar que, en muchos casos, el lector de huellas tendrá la huella última que dejó su usuario. Ahora imaginemos que el cajero del banco también usa reconocimiento de huella. ¿No bastaría sacar la huella dactilar de un lado y pegarla en otro para sufrir un siniestro?

  2. mk360 dice:

    Nunca fui alguien que odiase especialmente las contraseñas, las que tenía eran en general complejas, aunque las primeras de 6 caracteres (entorno al año 97) que se fueron volviendo más complejas según los servicios lo requerían (mi estándar pasó a ser una de 8 o 9 caracteres con números, letras y signos de puntuación) y alguna se creó en base a los generadores automáticos de algún sitio mientras que otra en base a la password para acceder al nivel de un jefe en un juego desconocido que dio vueltas por acá en nu64, no obstante si tendía a repetirse (las 3 que tenía como muestreo)… esto fue así hasta 2 hitos importantes, uno de los cuales fue el hackeo de Yahoo, que aunque prácticamente ya no usaba creé una cuenta años atrás cuando tuve mi primer mail (año 96? vamos, que es Chile) y que fui actualizando según pasaban los años (si no la hubiera actualizado para seguir requisitos contra fuerza bruta habría dado lo mismo) el otro el hackeo de 000webhost (mierda, si estos imbéciles hubieran sido demandables acá ni me lo habría pensado ¡quien demonios deja una contraseña en texto plano en el siglo XXI! ¡me encontré en un archivo en tor!) lo que dio con otra de mis passwords (lamentablemente ese sitio lo usaba mucho para mis pruebas y por tanto tenía una password común en varios de mis sitios). Ocurrido eso tuve que actualizar mis claves en todo sitio en el que estaba registrado y de ahí en adelante mi orden en la cabeza no ha vuelto a ser el mismo. No es que no recuerde las passwords que uso, es que no recuerdo cual usé según que caso, y dependiendo del lugar, Ej. el Servicio de Impuestos Internos o la clave única del estado, que en mi caso debo usar para subir escritos al poder judicial, no me alcanzan la cantidad de claves que he ido manejando con el número de pruebas que se permiten antes de bloquearte y decirte «te jodes, al servicio de registro civil e identificación en persona para conseguir una clave única nueva» (obviamente esto solo me ocurre en aquellos sitios que no uso regularmente, y como no suelo litigar pues claro, una de las claves que no uso mucho es precisamente la única… y claro, cuando la necesito es urgente xD).
    De ahí en adelante he entendido toda queja sobre password que se lance, junto con lamentablemente, armar una clasificación entre las distintas passwords que uso según el tipo de servicio para saber que «ok, bueno, esta terminación va en las del estado, por tanto la clave que usé aquí normalmente sería esta», lo que es inseguro, pero bueno, menos que usar la misma en todas partes.
    He intentado varias soluciones, desde la nemotecnia con el teclado (que fracasó brutalmente cuando resultó que una propuesta era según el número de letras del nombre del sitio usar shift y un número del teclado, tras lo cual en algún minuto me encontré en el celu intentando iniciar sesión y pensando «¿cual de estos símbolos es el que se genera con shift y 5 en el teclado es-CL?») hasta recordarlas con canciones o similar, pero no hay caso. Por cierto, que los gestores los descarto porque inicio sesión en sitios distintos constantemente y no puedo instalarlos en todas partes.
    Al final, mi respuesta ha sido un grupo de contraseñas (más o menos seguras y con ciertos trucos para determinar cual pude haber usado) y la autentificación en dos pasos.
    Total, que si hay herramientas para facilitar esto mejor para mi, aunque también tengo la aprensión de la privacidad que comenta alguien, no obstante me temo ahí perdimos la batalla, si es que no la guerra.

    • Pues sí que has intentado cosas, sí :/ Yo reutilizo claves para sitios que me importan menos, y uso KeePass para los «sensibles» además de usar 2FA siempre que me lo permiten. Eso me tiene razonablemente tranquilo, pero está claro que como dices estamos xodits.

  3. Land-of-Mordor dice:

    Lo bueno de que se estandarice en una librería que sea usada en tantas webs y servicios que así lo deseen, es que sólo hay que reforzar seguridad en un único elemento, que es abierto y que permite que todos los actores del mercado puedan mejorar sus prestaciones. Si cada compañía o servicio se empeña en desarrollar su propia librería, cerrada casi siempre, los posibles fallos de seguridad se multiplican. Quitando autistas de la cooperación como Apple, parece ser que al menos en cuanto a seguridad en la red hay voluntad de establecer unos estándares abiertos que faciliten la vida tanto a usuarios como a desarrolladores y empresas.

  4. Caralu74 dice:

    A mi la idea me suena a una reimplementacion de GPG para autenticar; como sea la idea es bastante buena, ahora me preocupa es la implementación que de ella se haga, es decir que termine siendo un método más para identificarnos de manera «única» y a nuestro equipo, para fines gubernamentales o comerciales y no para que tengamos más seguridad. En cuanto a usar métodos biométricos me opongo con pies y manos, prefiero usar autenticación por dígitos o clave clásica.
    El comentario de NADIE me parece muy pero muy bueno, la gente le importa un comino regalar su vida, su privacidad y la de su familia mientras tengas un smartphone guay o estés en la red social de moda, parece que lo único inteligente es el teléfono y no el usuario. Me indigna sobremanera ese comportamiento, pero contra la estulticia de la gente, poco hay.

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