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De mayor quiero ser como Pérez-Reverte

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Diez de la noche. Sally, agotada tras un domingo de actividades varias, se fue a dormir por sorpresa tras acostar a los niños. Yo, que acababa de darle cera a los otomanos en la Fortaleza de Fao, me encontré ante el dilema: ¿vuelvo a la partida, o me dedico a actividades más cultas?

Por una vez tiré de actividades más cultas y me dispuse a leer. Un libro electrónico, para más señas. Acababa de terminar unos días antes ‘Eva‘ (en papel), la estupenda segunda entrega de la serie Falcó, de Pérez-Reverte, y sin ideas claras sobre qué leer a continuación acabé decidiéndome por un libro electrónico de ciencia-ficción llamada ‘El despertar de Leviatán’ que había comprado unas semanas atrás. Algo teóricamente facilón y que Amazon me había recomendado tras leer cosas como ‘El marciano’ o ‘Ready Player One’.

Veinte minutos después, no podía más. Aquello, sin ser un desastre, no me llamaba la atención, así que dejé ese libro (electrónico, insisto) y me conecté a la tienda del Kindle para ver qué me proponía el servicio.

Con los libros me ocurre algo peligroso: un buen libro me atrapa y me da esperanzas en que todos los demás me atraparán, así que enseguida empiezo el siguiente. Un mal libro, por contra, me produce tan mal sabor de boca que dejo de leerlo y paso semanas —meses, incluso— sin darle una nueva oportunidad a la lectura de otro título.

Con ‘Eva’ y esa otra novela me pasó algo así. Estuve a punto de comprar el ‘4, 3, 2, 1’ de Auster del que me habían hablado bien, pero su longitud (960 páginas) me asusta. Al ritmo que estoy leyendo últimamente, bien podría durarme hasta 2025. Compré ‘The man from St. Petersburg’ de Ken Follet, valor seguro si quieres lectura de entretenimiento, sin más (lectura de palomitas, podría decirse, y me mola leer algo largo en inglés de cuando en cuando), pero de repente no me apeteció abrirla y la dejé ahí, para un mejor momento.

Fue en ese momento cuando acudí al consejo de un buen amigo, que en una conversación hablada y luego en otra reciente en WhatsApp me había recomendado ‘El problema de los tres cuerpos’, del escritor chino Cixin Liu. No es que yo lo buscara en la tienda Kindle, no: apareció ahí como por arte de magia, entre los recomendados para mí. Paranoias aparte —justificadas o no—, caí en la recomendación, me gasté los 8 euros que costaba y empecé a leerla.

Otros veinte minutos después, desistí de nuevo. Quizás fuera que el sueño empezaba a hacer su efecto, o quizás que eso de que tanto nombre chino me resultara pesado, pero el caso es que esas primeras páginas no me engancharon. No me he rendido del todo, pero la primera impresión (y en los libros, como las películas o las personas, la primera impresión es fundamental) no es prometedora.

No pensaba en nada de eso hoy cuando meditaba sobre qué escribir en este blog. Y de repente me encuentro con la polémica de hace unos días. Ya sabéis, la de los portavoces y las portavozas. Y me digo, venga, vamos a hablar un poco del tema en Incognitosis. Y tras consultar algunas columnas de opinión con más o menos gracia, me acuerdo. «¿Qué habrá dicho de esto Pérez-Reverte? Porque seguro que algo habrá dicho», pienso. Me pongo a buscar y antes de llegar al tema en cuestión, visito el apartado de XLSemanal en el que tiene sus columnas. Y me digo: «mi post puede esperar». Y me leo la primera, y luego la segunda, y luego una tercera.

Y en todas ellas me maravillo. Del principio, o del desarrollo o, sobre todo, del final. De esas frases cortas y contundentes, de esos giros, de esas descripciones de personajes, de esas expresiones intraducibles de aquí, de esos cierres geniales a sus pequeñas historias. Y tras leer esa tercera columna, me doy cuenta de por qué me gusta Pérez-Reverte y tantos otros autores no. Porque mientras que a otros les leo en diagonal, a este señor le leo de izquierda a derecha y de principio a fin, paladeando su prosa perfecta y algo gamberra. Su ritmo y sus giros. Su uso frecuente (aleluya) de unos diálogos que me meten en sus novelas mucho más de lo que lo hacen otros muchos.

Porque es así: otros se enrollan en aburridas e interminables descripciones. Señores autores: en la mayoría de los casos, me importa un bledo el silencioso aroma de las paredes, la lámpara china de tres piezas que emitía su luz pálida todos los días a las 8 y 20 o si aquel viento emponzoñado soplaba con una tristeza otoñal. Me la refanfinfla. Cuénteme algo —por muy otoñal que sea— y déjense de rollos, por dios.

El caso es que tras disfrutar de esas lecturas y apuntarme leer todas las columnas atrasadas que aún tengo por leer, me centro en la cuestión. Ya sabéis: lo de qué habrá dicho el maestro sobre el tema de las portavozas. Y me encuentro con esto:

Seguramente habréis leído ya ese tuit, pero si no lo habéis hecho, resume un poco mi idea de la cuestión, que no es otra que politizar el idioma y convertirlo en otra cortina de humo para problemas mucho más relevantes. No es algo nuevo, pero eso no significa que sea agradable.

No al menos para mí. Ya me habéis leído en alguna ocasión hablar del tema, pero soy pragmático en casi todo… menos en el lenguaje. Con esto soy muy talibán, y últimamente sostengo una particular cruzada contra ese infame uso del infinitivo en lugar del imperativo. Soy lo suficientemente listo como para corregir solo a quien sé que va a aceptar de buen grado la corrección, pero las patadas al diccionario, sean esas u otras, son constantes y asombrosas a mi alrededor.

Lo gracioso triste es que ahora darle patadas al diccionario parece estar de moda. Ser cool. Da miedo decirle a alguien que esto se dice así porque lo normal es que la gente acabe tachándote de listillo y de pedante. «Pues yo lo digo asá«, te responderá el ignorante o la ignoranta de turno. Corregir es de valientes y reconocer el error de sabios, y en esta era en la que los cobardes y los ignorantes nos rodean hacer lo primero es más peligroso que nunca.

Uno luego puede argumentar que lo que no podemos hacer es hablar el mismo español que el que se hablaba hace 500 años… o 50. Y no lo hacemos, afortunadamente. El idioma evoluciona, y como siempre me dice mi bendita madre —que siempre fue y será la madre más guapa de todo el cole—, «el uso hace la norma«. Ella sabe de lo que habla, porque ya he contado alguna vez que es filóloga hispánica y ha aprendido, disgustos por medio, a no corregir más que a quien quería ser corregido.

No sé si portavoza acabará siendo aceptado por la RAE como acabó siéndolo jueza, por ejemplo. Si lo hace probablemente será por la misma razón por la que otras tantas palabras y palabros (sorpresa, término coloquial incluido en el DRAE) se han aceptado: porque se habían convertido en términos de uso general, aceptados por los hispanohablantes de forma masiva. A menudo la RAE ha acabado aceptando vulgarismos como ‘murciégalo‘ o ‘almóndiga‘ por esa circunstancia, pero de cuando en cuando logra resistir los embates del destino. De momento ‘cocreta‘ no está aceptado, como tampoco lo está esa expresión del ‘contra más…‘ que me provoca espasmos cuando la oigo.

Para eso está la RAE, queridos y queridas, y creo que con sus luces y sus sombras (quitarle la tilde al ‘sólo’ y a los demostrativos fue un golpe a traición) sus miembros y miembras hacen un gran trabajo. Convertir el idioma en arma política arrojadiza es lamentable, pero afortunadamente ahí están académicos como Pérez-Reverte que además de escribir estupendamente (opinión personal) tiene los santos c****** de cerrarle la boca a quien lo merece cuando lo merece y de portarse como un valiente corrigiendo a diestro y siniestro.

El chiste es de 2014, ojo, pero viene muy al caso porque hace tiempo que Pérez-Reverte hace mención a ese afán de igualdad en el idioma que lleva a situaciones absurdas. Dicho lo cual, me despido con otro guiño humorístico que creo resume bastante bien la situación que hemos vivido con esta polémica en particular en este país cada vez más de pandereta que es España.

https://twitter.com/esmoneo/status/961497590046044162?ref_src=twsrc%5Etfw&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.elespanol.com%2Fsocial%2F20180208%2Fportavoces-portavozas-irene-montero-hace-llorar-rae%2F283472054_0.html

Ir Id todos en paz.

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43 comentarios en “De mayor quiero ser como Pérez-Reverte

  1. Bardolobo dice:

    Javi, sin entrar en el propio fondo del asunto (mi colección de todas las obras de Pérez-Reverte me delata y no creo que haga falta ?), quiero centrar mi comentario en que posts de este tipo se gradecen y mucho en tu blog. Entiendo que estás centrado sobre todo en tecnología, y da gusto leerte sobre ella aún cuando tenga opiniones distintas (esas críticas a la manzana sagrada…. :p ) pero cuando entras en otros temas “serios” te quedan muy buenos artícuilos y te animo a que se hagan más frecuentes. Un saludo.

  2. rfog dice:

    Aquí tu troll residente favorito.

    La suerte que tengo yo es que mi trabajo no fomenta las relaciones sociales, y encima llevo dos años en un país extraño del que no hablo -ni creo que hablaré pese a tener comprometidos al menos otros ocho años más- su lengua nativa.

    Y digo suerte porque en general ya sabes, suelo ser bastante más expresivo y contundente en mis afirmaciones, hasta el punto de perder rápidamente la paciencia con según que temas, temes, temis, temos y temus…

    Aparte de eso, protesto porque la primera vocal es femenina. Propongo que la primera vocal sea la «o» las semanas pares y «a» las impares, con la «e» los días que sobren del año.

    ¡¡¡Abajo las vocales gineomatriarcales!!!

  3. Rafa dice:

    «Convertir el idioma en arma política arrojadiza es lamentable». No puedo estar mas en desacuerdo. El idioma es un arma poderosa, y es un deber usarla para lo que consideremos justo. Un arma poderosa para conseguir igualdad, o para cualquier otra lucha justa. Luchas políticas, cómo todo lo importante.
    La «portavoza» puede haber sido un golpe desacertado, pero usar el idioma para que este mundo en el que vivimos sea un poco menos jodidamente asqueroso por lo machista que es, bienvenido sea. Estamos muy lejos de donde deberíamos y discutir sobre las portavozas lo único que hace es alejarnos un poquito más.
    Saludos!

    • Ciertamente el problema existe, pero hay otras formas de solucionarlo incluso en el idioma. Aquí como digo la RAE es la que gestiona el tema y creo que lo hace con criterio y buenas miras. O al menos con la intención de tener buen criterio y que los defectos, que los hay, se solventen. Y como Incognitosis no es un blog sobre política y malditas las ganas de que lo sea lo dejamos aquí si te parece.

      • Rafael dice:

        Por supuesto Javi. Ninguna intención de tocar las pelotas. Me gusta que te atreves a salir de la temática del blog y aunque no estemos de acuerdo en este u otros temas políticos, a mí me parece genial que nos cuentes tu punto de vista.
        Eso si, la política levanta más pasiones que la tecnología, así que al menos por.mi parte tendré más ganas de comentar!
        Siempre desde el respeto.
        Un saludo

    • rfog dice:

      Claro, claro. Debemos arreglar el lenguaje, pero dejemos de lado la diferencia salarial, o el que los albañiles se desgañiten gritando a las tías que pasan cerca o, ¿por qué no?, poner mujeres de cupo en lugares de responsabilidad, para que los que las han puesto no tengan a una de verdad para contradecirles ni para opinar de forma razonada.

      Digamos portavozos y portavozas, pero cuando hable la portavoza hagamos como si no lo hubiera dicho. Después de todo el machismo está en el lenguaje, no en los machistas.

      Cómo mola eso de subirse al tren de lo que está de moda. ***Editado***

      • Rafael dice:

        Muchas gracias por lo de tonto hombre. Es un gusto hablar así. Pero parece que has de volver a leer para entender lo que he dicho. El lenguaje no es lo que hay que cambiar en si mismo, sinno que es una herramienta que nos permite cambiar la realidad.
        Pero estamos de acuerdo en algo. Dejemos de indignarnos por chorradas, y preocupemonos por lo importsnte: la brecha salarial, la violencia machista, etc.
        Si toda la gente que se ha indignado con la portavoza se indignara la mitad cada vez que un hombre mata a su mujer, a lo mejor empezaba a cambiar algo.

      • Rfog, soy bastante de tu palo en esto, pero la última frase la he eliminado. Fuera o no dirigida a alguien en particular, no la veo necesaria. El comentario es estupendo, pero como digo, mejor mantener las formas.

      • Daniel dice:

        ¡Ala, ya estamos! Cuando alguien se queda sin argumentos no hay nada mejor que el victimismo. Pues nada, sigamos manejando los problemas de la vida a golpe de emoción y no de razonamiento. Así nos va.

  4. Carlos dice:

    Lo peor de esta última polémica es que es estéril. Añadir una «a» a una terminación neutra que no lo necesita es estúpido, pero es que encima es innecesario: ni siquiera es un caso como el de «jueza».

    Y es que «voz» ES FEMENINO.

    Hay que ser muy tonta para haber elegido polemizar con precisamente ESTE ejemplo.

    • El que haya pasado con esta palabra es efectivamente aún más llamativo, pero no ha sido (ni será, supongo) el último caso. Sea como fuere, la idea del post era más la de elogiar a quien es capaz de corregir estas cosas.

      • Bardolobo dice:

        Rafael, yo entiendo a qué te refieres. Se que el tema no es la lucha lingüística como tal, sino lo que va detrás, pero yo creo que en este caso ha sido simple y llanamente un error al hablar que se ha explotado por ambas partes al máximo sin sentido.

        Y digo esto porque luego en el resto de su discurso omitió el término y uso otras expresiones del tipo “el portavoz y la portavoz” o cosas semejantes.

        Que tampoco pasa nada, yo mismo me equivoco al día mil millones de veces hablando en clase (que no se note que soy andaluz ni nada en las exageraciones :p ) pero en este caso se ha salido de madre: unos por un lado usándolo como arma política contra la lucha de género y los otros usándolo como un ejemplo de lo que esa lucha debe ser en lugar de reconocer que ha sido un error y punto.

        En cierto sentido, y enlazando con el tema principal del blog, es lo mismo que con en el mundo de la tecnología: cualquier acción de Apple, sea un acierto o un error, se magnifica por haters y fanboys al máximo. Parece que ene sta sociedad de hoy día somos incapaces de tener debates críticos y razonados 🙁

      • Bardolobo dice:

        Me auto-corrijo: la comparación con lo de Apple no ha quedado bien dese el momento que he dicho fanboys. Evidentemente la lucha contra la desigualdad de sexo-género no puede ser vista como fanboyismo Dino como algo imprescindible. Disculpas mil por tan mala elección de palabras.

      • Daniel dice:

        Je, no sólo somos retrógrados o inmovilistas, machistas o falocéntricos o heteropatriarcales, o maltratadores o fascistas por no pensar lo mismo que el resto del rebaño, si no que si no aceptamos el patear el diccionario en nombre de la lucha feminista o la visibilización de la mujer, somos unos asnos.

        En fin, nuestra sociedad morirá de aborregamiento. La estupidez imperante es un síntoma temprano, iremos a peor. Quizá es un temor infundado y resulta que lo cierto es que ninguno de los que no creemos a pié juntillas lo dictado hemos entendido nada. Queda un rayo de esperanza para los luchadores por la igualdad 🙂

        Es asombroso.

  5. Pakolo dice:

    George Orwell en 1984 hablaba de neolengua y doblepensar, hoy en día los políticos manipulan el lenguaje y roban a la vez que alardean de honradez con total naturalidad. Ya podía haberse quedado calladito Orwell, vaya, de todas formas seguramente habría derivado todo en cosas como estas igualmente y no podríamos ni mencionar una obra escrita que lo denuncie. Yo de derechas no soy, pero estas historias de querer feminizar el lenguaje me dan mucho asco y me da igual que haya estúpidos que crean que justo por eso ya no soy de izquierdas o algo parecido.

    • Pakolo, de nuevo lo que le decía a Rfog: no hace falta subir el tono para expresar esa idea. Sé que estas cosas acaban tocándonos la tecla, pero al menos por aquí ya sabes que el tono quiero que sea relajado, que si no esto se va de madre. De lo de Orwell fíjate que no me acuerdo, pero leí 1984 hace tanto que ya solo pienso en el anuncio de Apple cuando alguien se refiere a eso. Uf, qué mal.

  6. Lambda dice:

    Anda, estupendo, hablamos de libros!! Yo lo veo estupendo que te guste Reverte, según qué libros le tengo bastante aprecio. Como columnista fue, y es, bastante «guerrillero» (si «Patente de Corso», un librito que reúne las columnas ácidas que sacaba en los diarios, se deja leer bastante, por si te gusta). No obstante, a veces no le perdono que sea lento y prolijo a veces, como en «El Asedio», «Trafalgar» o «Algunos hombres buenos». A veces abusa un poco de personajes un poco de folletín (pero eso le pasa a muchos escritores). No es un gran escritor, pero es uno que conoce el oficio. Y cuando acierta, acierta. «La tabla de Flandes», «El maestro de esgrima» o «La carta esférica» (incluso libritos como «Alatriste» o «La sombra del águila») tienen su miga, y funcionan mucho. Se leen con avidez.

    Por otro lado, con respecto a las polémicas del lenguaje y su uso político. Yo soy un clásico, y por esas maneras no meto baza, pero si expreso mi escepticismo. Vean sino, cómo los ingleses sin RAE o cosa así, no tienen polémica semejante. El idioma crece y va a su bola. Y para profundizar sobre el feminismo (esto por si le interesa a Rafael), y si quieren saber una perspectiva crítica «desde dentro», recomiendo leer a Erin Pizzey, Alicia Rubio o María Blanco. Me parece mucho más interesante eso, que las polémicas de vida corta como «los compañeros y las compañeras» o éste último de las «portavozas», que al final son mero pasto de los medios. En fin.

    Saludos, tengan una feliz semana.

    • De Reverte lo he leído casi todo y me gusta cada vez más como columnista que como novelista, quizás porque con las columnas le veo más en su salsa. Rápido, ácido y ocurrente, algo difícil de mantener en una novela, Pero como dices, hay de todo en su obra. A mí por ejemplo ‘El pintor de batallas’, que es en mi opinión su novela más oscura, me parece súper interesante, distinta de todo lo anterior, pero le reconozco mucho más en sus novelas con personajes gamberros pero con ese punto honorable. Un poco de folletín, pero aún así efectivos y estupendos.

      Buena semana 🙂

  7. Daniel dice:

    Puff Javi, no puedes saber lo absolutamente de acuerdo que estoy con lo que expones en este post. No soporto las patadas al diccionario pero, me temo, que las cosas irán a peor. Cosas de la corrección política, es peor que el cáncer. En fin.

    • Lamentablemente en política hay pocas cosas que se puedan destacar. Esta, desde luego, es otra muestras más de cómo se puede utilizar todo como arma arrojadiza y cómo todo se puede politizar. Es una penita.

  8. nahiko dice:

    Voy a darle una vuelta de tuerca más a eso de portavoz/portavoza:

    Voz es una palabra de género femenino, por lo tanto portavoz también lo debería ser.
    Si alguien quiere (erróneamente) diferenciar el género de la palabra, el femenino seguirá siendo portavoz, lo que debería hacer es modificarla para el masculino, en lugar de portavoz, supongo que se le debería poner portavozo, o en todo caso portavoce, ya que en ocasiones, las palabras acabadas en «ente» y por lo tanto en ‘e’ también parece que las consideran masculinas (no sé por qué).
    A mi me da la sensación que quienes hacen esto, por defecto, consideran la guerra perdida, y palabras neutras, directamente las consideran masculinas. Por qué no las consideran femeninas por defecto y cambian para el masculino?
    Por ejemplo: Presidente y presidento, en lugar de presidente y presidenta. Vigilante y vigilanto, en lugar de vigilante y vigilanta, etc…
    Por qué esa predisposición?

    • Sí, lo comentaba Carlos también antes, en este caso el error es evidente, pero el tema de fondo es mucho más peliagudo. Como decía Lambda, esto es pasto para los medios, grandes y pequeños (como el mío). Fíjate la cantidad de comentarios que ha arrancado este post. Así funcionamos, para bien o para mal.

    • Daniel dice:

      Estás suponiendo que es un problema gramatical cuando es un problema de otra índole. La cuestión de fondo es el enfrentamiento social como estrategia de la izquierda para alcanzar el poder. No es nada nuevo, siempre ha sido así. Desde fascistas / no fascistas, corruptos / el pueblo, etc., hasta machistas / feministas.

      La única razón de ser de la izquierda es ser contra algo. Es reactiva, nunca propositiva. Necesita un enemigo contra el que canalizar la ira de la gente. Lo que pasa es que, fracaso tras fracaso, la izquierda no ha tenido que buscarse un enemigo cada vez más grande, más poderoso; el enemigo contra el que debe alzarse toda persona de bien, sea del país que sea…

      Así que el nuevo enemigo es el hombre (varón). Quiero decir, todos los hombres, todo el género masculino. Para la izquierda, quién lo iba a decir, el pecado original existe: el simple hecho de ser varón es EL pecado. Y lo es porque los varones son señalados como la causa de todos los males de la sociedad por el mero hecho de existir.

      En fin, estratégicamente hablando, una gran jugada de la izquierda. Lo malo es el enorme dolor que generará (está empezando ya) y fractura social que se viene por la puerta si no empezamos a usar la razón -y dejamos de lado la emoción- para tratar estos temas.

      Soy pesimista. El nivel cultural e intelectual de nuestra sociedad es paupérrimo, carne de cultivo para esta sinrazón extrema. Es más, si no tuviera hijos me iría a vivir bien lejos, Vietnam o Camboya. Pero tengo hijos varones, inocentes y libres de pecado original alguno, que me temo serán futuras víctimas propiciatorias en todo este drama. Así que no me queda más opción que quedarme y pelear contra toda esta miseria con todas mis energías. Que no sea por no haberme dejado la piel en ello.

      Lo que aquí está en juego es la libertad. La libertad. Todo lo demás es humo para ocultar intenciones espurias, enarbolando el monstruo de la igualdad como bandera indiscutida de la humanidad. Y esta aberración llevará a occidente al sufrimiento y a la muerte.

      Una batalla durísima la que tenemos delante como sociedad. Juntos, hombres y mujeres, que no es una batalla de hombres contra mujeres más que para la izquierda y para los descerebrados de los que se nutre la izquierda. No hay mejor esbirro que un ignorante; el malvado, al menos, a veces descansa.

      • Land-of-Mordor dice:

        «…La única razón de ser de la izquierda es ser contra algo. Es reactiva, nunca propositiva. Necesita un enemigo contra el que canalizar la ira de la gente…»

        En España, esa táctica ha sido «de toda la vida de Dios» el modo de hacer política de la derecha.

      • Daniel dice:

        «En España, esa táctica ha sido “de toda la vida de Dios” el modo de hacer política de la derecha.»

        ¿De la derecha española? ¿De dónde sacas tú eso, Land-of-Mordor? Entiendo que a lo que te refieres con «derecha española de toda la vida de Dios» será el franquismo ¿no?

        Veamos, el modelo franquista es una cóctel al hispánico modo que mezcla ideas fascistas (vía Falange Española de las JONS) y nacionalsocialistas ( vía el cuñadísimo Ramón Serrano Suñer y su filonazismo), pero que no podemos encajar completamente en ninguna de las dos tendencias ideológicas. Principalmente si tenemos en cuenta que Franco -y los tradicionalistas- se libró de José Antonio Primo de Rivera en el 36 y apartó a su cuñado a finales del 42 tras las derrotas nazis en Rusia.

        Durante la dictadura la «derecha» como tal no existía, quiero decir, los conservadores no tenían fuerza política como la tuvieron en la República (que parece que la República era de izquierdas, je, cuando hubo de todo). Sólo existía el franquismo más como «forma de hacer de Franco» que como ideología. Y evidentemente, como buena dictadura que se precie, tenía su enemigo natural intangible -bueno, intangible cuando el PCE se desentendió de los últimos maquis allá por el 55, antes era aún tangible- al que agitaban convenientemente ante las masas: los Rojos. Pero vamos, que no es que fuese una forma de actuar original y propia, si no que simplemente copia el modelo nacionalsocialista, es decir, el modelo comunista que es la misma cosa (puedes ver por internet el Pacto Ribbentrop-Mólotov por si hay dudas).

        Finalmente muere Franco y la dictadura se acaba porque no está sostenida por una ideología si no por una persona. Y ya, por si acaso había tentaciones, los de ETA -y las malas lenguas comentan por los mentideros que las FF.AA estaban al tanto no se sabe a ciencia cierta hasta qué punto- se cargan a Carrero Blanco. Se acabó el franquismo.

        Pero cuando yo hablo de «izquierda» no le añado el apellido «española». No tiene sentido y menos hoy en día, donde la socialdemocracia se ha adueñado del amplio espacio intelectual de ese sigo en todo el orbe internacional. Bueno, si exceptuamos que en España tenemos un grupo de románticos estalinistas (y peligrosos por su concepto de la realidad y su creencia en la necesidad de una revolución que destruya la sociedad hasta sus cenizas para construir sobre ellas otra sociedad nueva y mejorada; y a imagen de quien pilote el cambio, claro): Podemos. Pero bueno, que en lo formal actúan cono sus colegas socialdemócratas (incluido por supuesto el PP, malos alumnos pero empeñados en tomar esa vía porque ven que a otros les funciona), sobre todo en las actividades de agitación y propaganda.

        La «derecha» en Europa se acabó en el 45. En España en el 36. Ahora asoman por ahí partidos de derechas en Francia y Holanda; y en Inglaterra, si podemos todavía considerarla Europa. En España, salvo vestigios de la Falange y quizá Vox, no hay derecha. Al menos no en el arco parlamentario. Extrema izquierda sí. Y socialdemocracia.

        Ambas, extrema izquierda y socialdemocracia, se valen de los mismos mecanismos de agitación y propaganda para llegar al poder. Los primeros dominan la herramienta que crearon (aunque siendo estrictos deberíamos asignarle el mérito a Lenin) y los segundos tampoco son mancos. Lo malo para los socialdemócratas es que los estalinistas no hacen concesiones: acabarán fagocitándolos si siguen por esa línea.

        Así que no, no es el modus operandi de la «derecha» española. Entrecomillo «derecha» porque creo que ideológicamente habría que denominarles «conservadores», pero bueno, por entendernos.

        Lo que sí es innegable es que es la razón de ser de las ideologías de izquierda. Pero vamos, que no es nuevo; hablamos que, desde que Lenin y Trotski, apoyándose en los bolcheviques, dieron y golpe de estado contra el gobierno legítimo de Alexánder Kerenski (el Zar había abdicado meses antes), la izquierda ha vivido de crear ficciones para aglutinar la ira de la población. Y si no hay enemigo se lo inventan. Literalmente. Deberíamos bautizar este fenómeno como «La amenaza fantasma»; tomamos medidas contra aquello que no existe para conseguir el apoyo de la gente (aunque suena mucho mejor «del pueblo», que también es intangible y no hay que contar).

        Y por supuesto, hoy en día siguen haciéndolo apoyándose masivamente en los medios de comunicación (que, en fin Javier no va por ti pero, la profesión de periodista hoy en día apesta). Y con mucho arte.

        Y así las cosas. Ahora mismo el enemigo es el varón; principalmente el varón occidental, que no protesta mucho y mata mucho menos que el integrista islámico y lo tenemos más a mano que a los varones chinos, que va a ser que no hay huevos a perder un mercado así… Y mira que bien, se nos puede dar mucha más caña por menos precio y sin riesgos. Y además hacemos actos fantásticos, galas de lujo repartiendo premios y visibilizando a las sometidas durante años gracias al «metoo». Uhmm… me pregunto dónde estaría metida Oprah Winfrey durante sus últimos veinte años de silencio sobre el asunto… No sé. Qué cosas.

  9. Land-of-Mordor dice:

    «…pero afortunadamente ahí están académicos como Pérez-Reverte que además de escribir estupendamente (opinión personal) tiene los santos c****** de cerrarle la boca a quien lo merece cuando lo merece y de portarse como un valiente corrigiendo a diestro y siniestro…»

    Sin poner en duda la razón que tiene el Sr. Pérez-Reverte en este caso, ni la calidad indiscutible de su prosa, su afán y saña a la hora de corregir suele ser inversamente proporcional a la afinidad ideológica que tenga con el perpetrador/perpetradora. Con unos entra a matar y con otros llega a mostrar una actitud casi compasiva.

    El tema al final se reduce a las carencias que han tenido los sistemas educativos de las últimas décadas y la protección a ultranza de la ignorancia que hace la sociedad actual, que considera esa ignorancia como un derecho al que sólo se puede renunciar voluntariamente. Ciudadanos que se comportan con el diccionario como si fuera el balón en la presentación de un futbolista los hay provenientes de la EGB, de la LOGSE y de todo lo que vino después.

    España es un país donde no se puede decir a nadie que se equivoca. Da igual si hablamos del uso del idioma, de la ciencia más básica o del simple respeto a las leyes y normas de convivencia. El, la, o lo que perpetre una acto incívico nunca esperará ser reprendido por otro ciudadano. En todo caso, esperará ser imitado. Se da a entender desde la más tierna infancia que decir a alguien que se equivoca es una falta de respeto a la otra persona, por lo que algo tan incrustado en la mente de la gran mayoría desde la tierna infancia acaba provocando los resultados que vemos hoy en día.

    • Lambda dice:

      A mí me parece una afirmación un tanto exagerada, pero sí, es cierto que se ha perdido (alguna vez la hubo? a veces me entra la duda) la educación básica en el debate de las ideas, es decir, el escuchar primero; y rebatir punto por punto y en orden las ideas del contrario, sin que se te interrumpa o interrumpas a otros. Vamos, lo que llamariamos civismo y buenas maneras. La historia turbulenta del país (un nefasto siglo XIX y un XX hecho unos zorros, así como cierto desprecio del saber desde antiguo, han hecho mucha pupa) no ayuda mucho, pues nos pesa. No me cabe duda que en una democracia infantil como la española, la chabacanería es una «virtud» conscientemente alentada por muchos políticos, lo mismo que el fútbol o las programaciones de escaso valor fundamental (irónicamente, programas de debate y reflexión de dos horas mínimo como La Clave de TVE2 hace ya décadas, ahora serían impensables… gran parte de la gente no sería capaz de tener esa concentración e interés por mucho tiempo en un debate de ritmo sosegado). Nos guste o no, hemos querido coger como a modelos extranjeros como Estados Unidos de cómo queremos entretenernos, pensar y organizarnos la gran masa. Y a la vista está. Una «bonita» mutación.

  10. Pakillo dice:

    Me gustan mucho estos postes.

    Y me alegra que me haga esa pregunta Javipas…
    Creo que murciégalo era la forma original, la primera aceptada y no al revés. Lo escuché hace unos días en el paratito de arradio.
    Por otra parte sin encuando, yo escribiría Dios con mayúsculas en lugar de con miyúsculas (como dice mi hija Fati).

    http://dle.rae.es/?id=DpH1nYv
    por Dios
    1. expr. U. para pedir limosna o reforzar una súplica cualquiera.
    2. expr. U. para expresar protesta o como fórmula de juramento.

    Abrazos,

  11. JA dice:

    Buenos días desde Centroamérica, o Latinoamérica o Hispanoamérica (lo que desees)
    Gracias por tu blog, de vez en cuando me gusta leer cosas inteligentes no es nada fácil.
    Soy arquitecto (ahora entenderás porque lo cuento)
    Leído en un blog de noticias.
    «ya es hora de que se igualen las condiciones de presos y presas»
    El problema para mi, por ser arquitecto, es que una presa, es un muro inclinado de hormigón, con represa y aliviadero, usado para contener el agua.
    Veras, a mi de pequeño me dijeron, la cultura te hará libre, pero lo que he descubierto, es que la gente no quiere libertad, quiere un ayfon, es menos cansado que eso de la cultura.
    Lo repito gracias por tu blog.
    Repito gracias por el blog, aunque sea de tecnología, esta también debe ser inteligente.

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