Tecnología

Por qué hoy tampoco voy a dar por muerto a Windows Phone

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Cómo nos gusta matar productitos a los medios tecnológicos. Es que nos pierde. Ayer todos nos lanzamos como buitres a por la noti del día, que (una vez más) daba por muerto definitivamente a Windows en teléfonos móviles. La culpa la tenía un tuit de Joe Belfiore:

Ese comentario era la respuesta a un usuario que le preguntaba si era el momento de abandonar la plataforma Windows Mobile, algo que desataba tanto ese comentario como una de las explicaciones más evidentes de la falta de movimiento en este campo: los desarrolladores pasaban de Windows Phone y de Windows 10 en móviles:

No hubo forma de animar a los desarrolladores, indicaba Belfiore, a pesar de que lo intentaron por todos los medios. El primer tuit al que hago referencia dejaba claro que desarrollar nuevas características o nuevo hardware (teléfonos) no era ahora su prioridad.

Eso, no obstante, no significa que Windows esté muerto en móviles. No para mí.

Precisamente uno de los que se sumaban a ese entierro popular era Ars Technica. Allí Peter Bright escribía un buen tema sobre el auge y caída de Windows en móviles, y nos recordaba cómo aquellos Lumia 520 fueron terminales ejemplares, por ejemplo. Las decisiones de Microsoft al dejar atrás Windows Phone 7 y Windows Phone 8.1 eran correctas, pero hubo fallos importantes en otros ámbitos o en la rapidez de las decisiones:

Quicker adoption of true touch interfaces, a decision to use a common NT kernel platform from the outset, a move to a store-based revenue model rather than operating system licensing; in hindsight, Microsoft could have made better decisions and made them sooner

Estoy de acuerdo, pero además creo como él que Windows 10 en móviles (y sus predecesores) planteaba una excelente opción para los usuarios. Una que no obstante creo que sigue viva (aunque ahora mismo está más bien en un coma inducido) y que me resisto a dar por muerta por varios motivos. A saber:

  1. Soporte ARM: estamos muy cerca de ver por dónde van los tiros con ese soporte para arquitecturas ARM que ofrecerán Windows 10 y las aplicaciones antiguas (‘legacy’). Veremos primero portátiles con esa capacidad, pero no veo por qué no se puede trasladar la idea a smartphones.
  2. GUI: todo en Windows 10 me hace pensar que la interfaz es mucho más móvil de lo que Microsoft quiere confesar. Desde el área de notificaciones hasta ese lenguaje visual cuadradote y lleno de letras barco de vapor (sí, se pueden cambiar) o los interruptores de cada apartado de configuración. Todo parece más propio de una interfaz móvil que de una de escritorio. Es todo demasiado simplón, demasiado plano, demasiado tosco. Como si nos prepararan para poder adaptar todos esos elementos a un móvil (que es lo que estaban haciendo con Windows 10 en móviles antes de dejarlo sin actualizaciones importantes) sin problemas.
  3. Continuum: aquí vuelvo a mi particular obsesión con la convergencia, pero es que creo que este es un desarrollo con un futuro brillante que Microsoft tiene ya muy encaminado. No es para todos los casos, pero es una solución que se ha visto que puede tener mucho sentido (lo han demostrado Samsung y su DeX) y que sigue consituyendo una ventaja importante sobre la competencia. Ese Continuum, por cierto, podría ser aún más interesante gracias al citado soporte ARM: las aplicaciones disponibles y compatibles, que eran pocas, deberían crecer en cantidad de forma notable.
  4. Nadella: el máximo responsable de Microsoft fijo hace unos meses aquello de que «nuestros próximos teléfonos no parecerán teléfonos«, y aunque aquí pudo jugar al despiste, yo diría que si tenía claro que Windows 10 estaba muerto en móviles simplemente podría haberse quedado callado. Nadella no parece un bocazas, como sí lo era Ballmer, y de hecho le veo más bien como un tipo muy cauto que no dice cosas por decir.
  5. Ecosistema: no me puedo creer que Microsoft renuncie a llevar Windows 10 a móviles, sobre todo porque es evidente que el mundo va en esa dirección desde hace años. Es cierto que su plan B está funcionando y que su presencia en iOS y Android se está incrementando gracias a sus servicios y aplicaciones, pero me extraña que se conformen con tan poco. No me lo trago, sobre todo porque Microsoft es una de las pocas empresas junto a Google y Apple (ni siquiera Amazon o Facebook están ahí) que es capaz de contar con un ecosistema hardware y software propio.

Esos argumentos me hacen pensar que Microsoft no lo ha dicho todo aún en móviles, y que efectivamente veremos algo, aunque sea un smartphone que no parecerá un smartphone. Quizás esa frase precisamente haga referencia a esos portátiles basados en micros ARM como los que vienen con los Snapdragon 835 de Qualcomm, pero una vez más me extrañaría que no los hubiera llamado simplemente portátiles, sin más.

Aquí el principal obstáculo es el que Microsoft ha tenido todos estos años: los desarrolladores. Si no les convence, no habrá tu tía, y lo cierto es que aquí Microsoft debería darle un giro radical a una Windows Store que es caótica e ineficiente a la hora de solucionar la distribución de software. El usuario de Windows está acostumbrado a descargar aplicaciones desde cualquier lado, e impedir eso (como intenta Windows 10 S) es otro de los retos difíciles de plantear. El desarrollo software y su distribución —convencer a usuarios y desarrolladores que la tienda mola— deberían ser los retos con los que yo trabajaría si fuera Nadella.

Pero como no lo soy, puedo dedicarme a esto de ver el toro desde la barrera, que es bastante más cómodo. Dicho lo cual, insisto: no seré yo quien mate a Windows en móviles. Hoy, una vez más, no.

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6 comentarios en “Por qué hoy tampoco voy a dar por muerto a Windows Phone

    • Qué estupidez ha dicho ese tío. En Windows 10 la intersección no es pequeña, es total. Uno solo tiene que hacer aplicaciones universales y listo. No soy desarrollador y no sé la complejidad añadida, pero intuyo que la cosa no era para tanto. Simplemente Windows Store no funciona como canal de distribución.

      Puede haber otras razones para el fracaso de la convergencia, pero no esa, eso seguro.

  1. Pepe dice:

    Buenas, Javi. Ahí van unos apuntes:

    La convergencia, tal y como se está planteando ( a base de toneladas de periféricos) apenas ha generado interés en el consumidor. El hardware provoca hype en las presentaciones… pero hasta ahí. Algo se estará haciendo mal.

    Tal vez la piedra filosofal de la convergencia no esté en el hardware sino en el software (aplicaciones en múltiples plataformas) y, en ese sentido, ya tengamos bastante camino andado. Demasiado para que la idea de andar enchufando trastos le seduzca.

    En lo que respecta a lo escrito por Peter Bright, disiento en algunos puntos. MS no llegó tarde a los smartphones, pues estaba presente antes que Apple, pero se le acumularon los problemas: Un SO y soluciones ofimáticas exitosas que demandaban toda su atención, falta de realismo y lentitud a la hora de desarrollar sus SSOO móviles ( continuos «resets», que marearon a fabricantes, desarrolladores y usuarios, en lugar de «tirar p’alante y evolucionar a base de parches y cinta islante» , como Android) pero, sobre todo, un SO, Android, que es un verdadero monstruo. No tanto por el SO en sí sino por su estrategia de desarrollo, aunando a operadoras móviles, fabricantes, desarrollores…

    Y a eso se une un CEO, Nadella, que se ha encontrado a una organización elefntiásica y burocratizada y ha decidido emular a Jack Welch, cuya máxima con la gestión del portfolio de productos era simple: «Si no puedes ser primero o segundo, vende o cierra». Welch convirtió a General Electric en la niña bonita de los inversores y quintuplicó su producción. Quienes se fueron a la calle por su culpa, no comparten la valoración de Welch como «Mejor CEO del S XX».

    • Esos periféricos son necesarios porque hoy por hoy conectar un smartphone a un monitor, teclado y ratón inalámbricamente no da demasiado margen de maniobra, pero creo que es un elemento accesorio que acabaría desapareciendo. Nunca he dicho que la convergencia sea tema de hardware, y creo que no se me ocurriría: es un problema software.

      Uno que además me recuerda a las web responsive que como este humilde blog se adaptan a la pantalla en la que las consumes. Si una aplicación pudiera hacer lo mismo, adaptarse según los recursos disponibles (que es la idea detrás de la convergencia), problema resuelto. Pero los desarrolladores pasan de hacer ese esfuerzo, les va bien como están las cosas, y así nos va a todos. Insisto en lo de que poder trabajar desde un móvil no es para todo o para todos, pero sería más una alternativa potente con caimno por delante que algo que sustituyese a los flujos de trabajo actuales.

      Y Microsoft llegó tarde a los smartphones «modernos»: fui de los que tuvo la suerte (o desgracia) de trastear con aquellos primeros teléfonos con Windows CE (creo que fue 2002) en un evento en Londres y vine convencido de que aquello era la pera limonera. Pero Microsoft confiaba en el puntero y en el teclado, aparte de la estrategia de licencias a la que alude Bright. Tenía que haber hecho lo que hizo Android, y ahí estoy de acuerdo con el redactor de Ars.

      En cuanto a Nadella, a mí me parece que no lo está haciendo nada mal, y aunque no conocía a Welch, me parece una analogía bastante acertada en cuanto a ejecución. Ahora queda por ver si efectivamente es tan parecido a él y descarta definitivamente los móviles basados en Windows. Yo, como digo, no lo tengo tan claro.

  2. Lambda dice:

    No creo que Microsoft vuelva a arriesgar en hardware, al menos en teléfonos. Una pena, porque un Surface Phone (con stylus?) que le diese la batalla a los Note de Samsung habría sido muy muy interesante, sobre todo si lo hubiesen surtido de un paco de apps potentes y propias. Windows Phone tenía el potencial de ser un SO con una GUI muy enfocada al usuario, y económica en recursos. Lo mató una Windows Store desangelada, la escasa publicidad hacia el gran público (sobre todo las operadoras aquí influyen) y unos desarrolladores que lo veían como un mercado pequeño y poco monetizable para sus apps. Es significativo que Google trollease a Windows Phone (no sacaba sus apps) y bloquease alternativas como Metrotube.

    Yo más bien creo que Nadella optará por otra estrategia: la infiltración comercial mediante su software en otros S.O. (Arrow Launcher, Office, etc). El foco de Microsoft es su presencia virtual (Azure, apps online) mientras pueda beneficiarse de la enorme base que le da W10 y Office. De momento nadie amenaza su posición de ser el S.O. mayoritario en sistemas de escritorio. Los teléfonos van camino de ser un monopolio de Android, y en ese jardín han salido escaldados. Así irán a lo que saben hacer, y WinPhone 10 simplemente recibirá actualizaciones de seguridad hasta su completa muerte oficial, es decir, hasta pasado un tiempo prudencial. No van a tirar ese know-how conseguido, se aplicará seguramente en otros proyectos… pero no serán teléfonos. Como mucho tendrán una relación tangencial con la telefonía o la movilidad. Han aprendido una dura lección.

    Con los Surface Pro supieron prometer (y dar) algo a los tablet pc. Hicieron real un concepto molón, lo convirtieron en algo práctico y usable (además de potente) .Yo espero que nos sorprendan en ese plan. No son magos de la mística como Apple, pero cuando bordan sus productos/hardware, los bordan. A ver qué sale de las Hololens… a lo mejor ellos serán los que traigan una AR realista y usable al nivel de usuario comercial… por soñar que no quede.

    Ains, perdón por la parrafada. Saludos !

  3. Carlos dice:

    Creo que Microsoft, al ver que no puede con Android en hardware, pues ha pensado en usarlo como software para sus propósitos. Por eso se puede instalar Office en Android, por eso en Windows 10 Fall creators update vendrá con una opción de sincronizar con Android y con IOS, y por eso tiene en fase de prueba un launcher propio para Android que funciona realmente bien, y desde donde podrás sincronizar tu móvil con windows 10. El launcher ser llama «Arrow» y se puede descargar gratis del Play Store (buscadlo como Microsoft Launcher). Merece la pena echarle un vistazo.

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