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Comprar o alquilar casa, cinco años después

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Hace algo más de cinco años escribía ‘¿Tiene sentido comprar casa hoy en día?‘, un post que se salía de mi habitual línea tecnológica y se metía en el farrogoso terreno de la economía. Mi situación entonces era muy distinta a la que es hoy en día, así que este es un buen momento para comparar ambas y hacer balance.

La idea del post está inspirada en un hilo en Twitter iniciado por Daniel Salas, rival colega de profesión y de ruedas de prensa y que además de ser más majo que las pesetas planteaba esa pregunta en esta red social.

En el debate había de todo, como en los comentarios que hace cinco años aparecían en mi post. No hay nada en realidad que descubrir porque tanto la compra como el alquiler tienen sus ventajas y desventajas, a saber:

  1. Pros de la compra
    1. Sensación de seguridad y tranquilidad: la casa acaba podría acabar siendo tuya, así que en ese futuro remoto en que acabes de pagarla, podrás disfrutarla sin tener que afrontar el pago de la hipoteca. Teniendo en cuenta cómo están las cosas en el ámbito de las pensiones, quitarse ese gasto de encima es bastante atrayente. Además, la casa puede acabar siendo de tus herederos (y también lo que te falte por pagar si cascas antes, claro), así que económicamente no parece mala idea a largo (larguísimo) plazo. Nuestra herencia cultural hace que esa idea de inversión se una a la otra que hace que uno se sienta más seguro por tener casa en propiedad o más tranquilo para el futuro. Ambas sensaciones, diría yo, son bastante frágiles, pero están ahí.
    2. Retorno de la inversión: hay quien compra pisos para revenderlos o para alquilarlos, pero el común de los mortales no puede aspirar al famoso «vivir de las rentas». Aún así, el que compra una casa tiene bastante fácil alquilar si se muda a otro sitio porque la demanda suele ser elevada y si tienes un piso decente deberías poder sacarle algo de rendimiento. Es mi caso (más sobre esto más adelante) y ayuda a pagar la hipoteca mes a mes, e incluso puede que genere algún beneficio. Eso tiene su propio contra, que es la gestión de los inquilinos, claro. Aquí hay historias de terror y buenas temporadas también.
  2. Contras de la compra
    1. Intereses y gastos: cuando compras una casa, a no ser que seas un millonetis, estarás sujeto a una hipoteca con unas condiciones mejores o peores dependiendo de la situación económica. A la cual, por cierto, hay que sumarle la entrada (los bancos suelen dar el 80% actualmente) y los gastos asociados (un 10% del valor de compra aproximadamente entre impuestos y gestiones). Los intereses que acabarás pagando por comprar son variables, claro, pero sean cuales sean serán una cosa: enormes. En mi caso fueron de aproximadamente el 50% del importe de la hipoteca. Para que luego digan que alquilar es tirar el dinero:  comprar es algo así como regalárselo al banco, ya puestos. A eso hay que sumarle otros muchos gastos (comunidad, derramas, IBI, seguros) que hacen que tu letra de la hipoteca se vea bastante afectada por esos otros costes añadidos.
    2. Riesgo: lo decía Roger Senserrich en Politikon, que afirmaba que los que compran vivienda «se convierten en vegetales«. El mismo autor hablaba de que comprar vivienda es una inversión estúpida, entre otras cosas porque es un activo muy poco líquido. Como necesites abandonar la inversión de buenas a primeras, lo normal es que pierdas pasta. Mucha. Puede que tengas suerte, pero en general las prisas son malísimas consejeras a la hora de vender esa vivienda en la que depositaste tantos sueños y muebles de IKEA. Y añade: «el precio de la vivienda sí baja cuando hay crisis y como inversión a largo plazo a duras penas consigue seguir la inflación«. Es cierto que si tienes que salir de tu casa habrás «amortizado» la inversión al haber vivido en ella X años, pero puede que haciendo cuentas (cuánto has «invertido» tras vender la casa y sacar parte de lo que pagaste inicialmente) el precio de un alquiler te hubiese salido mucho mejor y te hubiera permitido vivir en una zona que te apeteciese más. (Nota: Senserrich, enemigo a ultranza de comprar casa, acabó irónicamente condenado a ello, pero las razones son curiosas).
  3. Pros del alquiler
    1. Flexibilidad: ¿te han tocado unos vecinos infernales? ¿el piso tiene sorpresitas que no viste al principio? ¿la zona no acaba de convencerte? ¿te han ofrecido un puesto de trabajo estupendo en Silicon Valley o en Gijón (que también puede ser)? Esas y otras muchas cosas que al comprar un piso tendrías que solucionar malamente aquí tienen la ventaja de que puedes mudarte porque el alquiler no te ata. Si algo no te gusta, como mucho tendrás que aguantar unos meses para cumplir el contrato y largarte.
    2. Vivir en un sitio «mejor»: más sobre esto más adelante también, pero en muchas ocasiones el alquiler te da opción a vivir en sitios donde comprar sería imposible.
    3. Potencial ahorro (o no): es cierto que es un dinero que no recuperas, pero también es cierto que lo que te ahorras de intereses de hipoteca y de gastos adicionales (seguros, comunidad, derramas) puedes aprovecharlo para a) vivir en ese sitio mejor del que hablaba (con un alquiler normalmente más alto, lógicamente) o, simplemente, b) ahorrarlo para invertirlo en otra cosa o para guardarlo para tenerlo de colchón si viene una época con necesidades económicas fuertes por lo que sea. Aquí lógicamente la idea es guardar para en el futuro, es decir, cuando no trabajes y te jubiles, o peor aún, cuando no trabajes y aún te quede para jubilarte.
  4. Contras del alquiler
    1. Es tirar el dinero (o no): no hay mucho que discutir aquí. El dinero que estás pagando por vivir donde vives es como cualquier otra cosa que alquilas. Pagas por su uso, como Netflix, el bono de metro o una cerveza. Disfrútalo mientras aprovechas esa inversión temporal, porque ese dinero desaparece para siempre jamás. Y ahí está la clave: para muchos de los que alquilamos, la idea es disfrutar todo lo que puedas en ese sitio en el que te has dado el caprichazo de alquilar un rinconcito. Es una mentalidad que yo calificaría como una meditada irresponsabilidad. Más o menos, vaya.
    2. Ya está: que yo sepa no hay más contras al alquiler, pero claro, el que hay es importante, sin duda.

Dicho todo esto, va esa historia personal. Cuando Sally y yo compramos nuestra casa en 2007 lo hicimos a un precio que como en tantos otros casos de la época fue disparatado. Eso, claro, ha condicionado muchas de las decisiones posteriores, y personalmente me hizo tener mucho miedo (pero mucho) a abandonar esa (frágil) sensación de seguridad y tranquilidad que tenía para ir a un alquiler en el que iba a tirar el dinero para vivir en un sitio (teóricamente) mejor. Aquí Sally fue mucho más decidida, así que ole por ella.

Mi padre —hoy es un día especial y le recordamos especialmente—, rey de las hormiguitas (entre otros muchos reinados), nos enseñó desde muy pequeños a tener claro que no es mala idea cubrirse las espaldas. Que yo recuerde siempre nos inculcó esa idea de que comprar una casa era una buena inversión, que era la que tenía casi toda su generación y gran parte de la mía. Lo de alquilar era por tanto algo impensable para mí, y cuando por fin tomamos la decisión a finales de 2013 di el salto con muchas reservas.

Cómo ha cambiado el cuento cuatro años y medio después.

Probablemente hayamos tenido mucha suerte, pero el famoso mini-resort burgués en el que vivimos Sally y yo es, efectivamente, un sitio mejor. En todo. No voy a vender la moto porque cada uno tiene sus circunstancias y sus preferencias, pero de cómo estábamos a cómo estamos media un mundo, y hay una cosa clara: no hubiéramos podido permitirnos comprar una casa donde vivimos ahora.

De hecho, cada día tengo más claro que la decisión ha sido la acertada. Puede que en unos años —cuando viva arruinado debajo de un puente— me dé de cabezazos al ver esta entrada en el blog, pero hoy por hoy solo puedo pensar en lo mucho que estoy disfrutando de la casa en la que vivo, y sobre todo, en lo mucho que está disfrutando mis familia. Si a eso le unimos el hecho de que somos muy caseros y de que ambos teletrabajamos, podéis imaginaros el panorama. Espero que esto dure un porrón de años, pero mientras tanto me he hecho muy fan de esa filosofía del «a vivir que son dos días». En realidad es un modo «a vivir que son dos días» coherente, porque aunque apenas logramos ahorrar podemos permitirnos vivir como vivimos, y si vienen malas hay un pequeño fondo intocable de rescate salvo en caso de que se hunda el barco.

¿Compraría casa si pudiera en donde vivo? Pues no lo tengo nada claro, sobre todo porque mi situación hoy es distinta a la que tenía antes de tener niños, y será muy distinta cuando los polluelos dejen el nido. Tengo mis ideas sobre ese futuro y yo diría que me alejan bastante de donde estoy ahora mismo (habrá otras necesidades y otros recursos), pero como siempre, nunca puedes decir de este agua no beberé.

La experiencia de comprar aquella casa en 2007 y vivir en ella unos años tiene su encanto, desde luego («como quitar las malditas cenefas si me apetece«, diría Sally). Tenemos además la suerte de tener alquilado el piso a una pareja fantástica que tiene la casa, diría yo, mejor aún de lo que la teníamos nosotros (y eso que somos bastante ratitas presumidas), así que la hipoteca sigue pagándose aunque tengamos que aportar un poco todos los meses para afrontar esos malditos gastos adicionales.

Vender la casa ahora sería un pequeño desastre (nos queda bastante más hipoteca de lo que sacaríamos por ella), y aunque es evidente que nuestros inquilinos actuales acabarán yéndose un día u otro, lidiaremos con ese problema cuando surja. Mientras tanto seguimos quitándonos deuda, y como nos dijo alguien una vez cuando pensábamos en venderla para irnos de alquiler, tener una hipoteca te da la tranquilidad de que en el peor de los casos siempre puedes volver a ella. Es cierto: si ya no pudiéramos permitirnos vivir aquí tendríamos al menos nuestro zulito, como lo llamamos cariñosamente. Aquí de hecho combino lo mejor de ambos mundos, yo diría. Si la situación no cambia demasiado en los próximos 20 años y toca dejar el mini-resort burgués (o el sitio donde estemos por lo que sea), puede que ese zulito no sea tan mala opción después de todo. Al menos estará pagado (espero).

Como decía anteriormente y como comentaban en el hilo de Twitter que inspiró este post, al final hay tal cantidad de factores que influyen en cada caso que es imposible dar un consejo universal perfecto. Bueno, eso en realidad es mentira, porque mi conclusión tras estos años de compra y alquiler es bastante universal y perfecta:

Gástate el dinero donde estés a gusto, el tiempo que estés a gusto.

Da igual que compres o que alquiles. Da igual que uses un iPhone 7 o un Xiaomi Mi 6. Da igual que seas del Madrid o del Barça. Da igual que te guste más emacs que vi. Lo importante es que disfrutes de aquello que tienes y usas. Espero que este mantra vaya calando hondo cada vez que escribo algo en este blog, porque es una idea que se va reafirmando más y más en mí cuantas más cositas me pasan. Escapa de lo malo y acóplate a lo bueno en cada momento. No esperes a «un mejor momento», porque como decía Lorenzo Silva en uno de sus libros de la serie Bevilacqua y Chamorro (súper recomendables),

El mejor momento no existe, criatura. La vida es ahora, siempre.

Pues eso.

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37 comentarios en “Comprar o alquilar casa, cinco años después

  1. Sebastián dice:

    Está claro que la decisión de compra o alquilar depende mucho de las circunstancias personales y profesionales de cada uno. Lo que no hay que hacer es dejarse llevar por los consejos «tradicionalistas» de la familia y pensar muy fríamente qué es lo que nos conviene en el momento de la vida en la que nos encontramos. En nuestro caso, ambos maestros, que tenemos ya un destino «cerca» de donde queremos vivir lo hemos tenido claro: comprar. Pero hace 5 años ni nos lo hubiésemos planteado cuando no sabes ni dónde vas a trabajar al año siguiente. No tiene sentido pagar hipoteca y 2 alquileres al mismo tiempo.

    Chapó por el post, como siempre.

    • Totalmente, es lo que decía, al final lo importante es que estés contento con tu decisión. Enhorabuena y a disfrutar mucho de la casa. Quita las cenefas cuanto antes, tú que puedes 😉

  2. Mi mujer valora más el hecho de comprar que yo. Si por mi fuera, no compraría nunca. Pero, por ella, seguramente compremos algún día. De hacerlo, por supuesto querría que fuera a tocateja y sin comprometer gravemente la estabilidad financiera. Tampoco voy a condenar mi libertad por el mero hecho de «poseer».

    Llevo muchos alquileres a mis espaldas, de diversos precios y en diversas zonas y ciudades, y todavía no he encontrado ninguna vivienda por la que yo estaría dispuesto a pagar varios cientos de miles de euros. Me cuesta, o más bien, no me encaja. Para mí, no valen lo que cuestan.

    • Ese es otro punto importante que yo diría que se extiende en realidad a los alquileres también. Tú que sabes de inversiones, Uxío, seguro que logras encontrar algo que te acabe funcionando si te decides a dar el paso. O más bien, si tu mujer lo decide, que es la que manda 🙂

  3. JEAN dice:

    En cuatro años, por cuestiones de estudio, me ha tocado alquilar en México, Alemania, y actualmente en España. Hasta que no tenga claro un lugar más o menos estable para desarrollarme laboralmente, dudo mucho que tenga opciones medianamente sensatas para comprar algo; cosa que me preocupa, viendo cómo va la economía.

    La experiencia es variopinta; pero hay algo importante que tanto en alquiler como en compra que es fundamental para mí: lo que verdaderamente importa es vivir bien, sentirse a gusto en el espacio. Dicho de otra forma, quiero plantearme vivir en una casa, siempre y cuando tenga las opciones de desarrollarme, pero también en la que sienta algo: que sienta que estoy enamorado de mi casa, de mi espacio, de quien soy ahí adentro.

    En Madrid, actualmente, he aprendido, muy a mi pesar, una contra en el alquiler que tal vez haya que tener en cuenta de aquí en adelante: Me ha tocado sufrir a unos arrendadores completamente insoportables, insufribles y desgraciados. Me ha tocado vivir invasión de la privacidad, malos cálculos de los gastos, comentarios de mal gusto y, al final, el tener que «agradecer» porque ese alquiler más bien ha sido un favor, que ellos no han visto ganancias, como si fuese mi culpa su economía… horrorosa experiencia… He vivido aquí, y lo que he deseado es salir…

    Lo lamento mucho, a días de mi despedida de la ciudad, porque la gente y la ciudad me han parecido fantásticas. Es una experiencia muy top. Varios días, en el Metro, imaginé: ¿Y qué tal que algún día viera a Javipas o a CR7 en la calle? Hubiese sido más chulo ver a Javipas 😉

    Pero en fin. Resumo cuentas: Alquilar tiene un problema. La lotería del arrendador, la gente con la que hay que convivir…

    • Uy, muchas gracias por la comparación con CR7, yo hubiera podido hacerte algún regate pero no llego a lo de Cristiano, claro 😀 Al teletrabajar o me muevo mucho pero si lo hago lo hago en metro, desde luego, así que quién sabe… Estos piropos siempre me resultan extraños y fantásticos.

      Y efectivamente, es súper importante que estés enamorado de la casa en la que vives, sea alquiler o compra. Que conste que yo estaba encantado en el zulito, lo teníamos muy a nuestro gusto, súper confortable, pero había otras cosas (más del barrio) que no nos convencían, y para los enanos el sitio en el que vivimos ahora es mucho mejor. Hay mucho amor rondando por aquí, de hecho …

      Siento muchísimo la mala experiencia con tus caseros. Efectivamente, puede pasar (como puede pasar lo contrario), pero como decía en el post ahí te toca aguantar unos meses y pasarlo mal para luego poder irte. Imagina que te hubiera tocado algo así con vecinos por ejemplo si hubieras comprado casa. Mucho más peliagudo. Quédate con lo bueno, porque de lo malo podrás contar la historia unas cuantas veces… y probablemente riéndote tranquilizado por salir de esa pesadilla. Un abrazo Jean, quizás si vuelves por aquí podamos cruzarnos cualquier día!

  4. Pablo dice:

    Alquilar es tirar el dineeeeero…..

    Si me hubiesen dado un euro cada vez que escuche esa frase, tendría tres o cuatro mini resortes burgueses. Claro, eran tiempos en los que el que no compraba casa, directamente era tonto.

    Mis testiculos 33. Es que yo no se tachar a lo javipas xD

    Nosotros siempre vivimos muy bien de alquiler, muy tranquilos. Es cierto que siempre tienes la sensación de que esa no es tu casa, pero bueno, a casi todas las consideramos nuestro hogar. Por cierto, como no había demanda de alquileres (es tirar el dineeeeero) estaban a unos precios muy majos.

    Pero, hay! Amigo. Las cosas cambian…..aquí iba una disertación socio económica genial, pero la he borrado. A mí me cambio el chip cuando nació mi primera hija. Es cierto que se nos presentó una buena oportunidad, es cierto que los precios habían bajado mucho. Y es cierto que en caso de que uno de los dos se tuviese que marchar de manera anticipada, la hipoteca sería perfectamente asumible por el otro.

    Yo no compre por mi, me gusta el alquiler. Compré por si me pasa algo a mi.

    • Puedes hacerlo usando las etiquetas del y /del (entre los símbolos «< " y ">» al principio y final de lo que quieras tachar. Estaba intentando ponértelo en un ejemplo bien escrito pero no logro meter código HTML que no me interprete (lo he intentado con code y nada) 😀

      Dicho lo cual, me hubiera gustado ver la disertación socio-económica, Pablo. Mira a ver si la reescribes, que tengo curiosidad. Me gusta la última frase, es otra razón poderosa para que una compra tenga sentido, desde luego.

  5. Pues yo aquí leyendo el blog en todos estos años… Esa entrada de hace 5 años fue una de las que me tiene aquí leyendo siempre…
    Y con 2 años y los que faltan pagando un lugar en Colombia… Yo era de alquiler, pero mi novia no salía de su casa si no era en algo propio (así sea un pedacito que casi todo lo tiene el banco).
    Igual, en Colombia no es tan mala inversión (por ahora, quien sabe mañana)
    Por lo pronto seguir con paciencia… Y seguir leyendote 😉

  6. Hector dice:

    Es increíble como la idiosincrasia de los pueblos se transmiten a sus descendientes lejanos, en mi caso (Argentino) esa mezcla de españoles con italianos que tenemos coinciden en un gran lugar común: el sueño de la casa propia.
    Entonces es algo aspiracional comprar, yo alquile toda mi vida, incluso de casado y fui francamente feliz, especialmente estando cerca de mi oficina (la felicidad es proporcional a la distancia a la que vives del trabajo) y aunque acá los precios son cualquiera y no existen los créditos hipotecarios prácticamente (solo se los dan a quienes francamente no los necesitan) al final compre mi casa de contado, algo que me costó bastante. La cosa es que estoy invirtiendo todo el tiempo en la casa desde entonces, porque oye, es tuya y vivo lejos de mi trabajo. Pero mi tatarabuelo que salió de Galicia hace 80 años estaría feliz, tengo casa propia.
    Excelente posteo y de paso me interiorizo de lo que el tema de la propiedad en España. Un seguidor tuyo desde hace años.

    • Héctor, como sabes hay un feeling especial con Argentina por aquí. Ahora que Sally no me lee, siempre he tenido idealizadas a las chicas argentinas: solo con decirme «pan» con ese acento me hubieran atrapado 😉

      Solo conozco muy por encima la situación económica de allí pero debe ser especialmente complicado, y luego nos quejamos aquí, eso debe sentar bastante mal así que me disculpo por no tenerlo en cuenta. Disfruta de la casa, un abrazo y como decía por aquí a Julián, que nos leamos muchos años.

  7. Land-of-Mordor dice:

    Sin ánimo de invalidar la conclusión del artículo ni sus argumentos, sí que me chirría bastante esto:

    «…A la cual, por cierto, hay que sumarle la entrada (los bancos suelen dar el 80% actualmente) y los gastos de gestión (un 10% del valor de compra aproximadamente, dicen)…»

    Parece de los creadores de «sumar costes regulados+primas renovables+impuestos» de la factura de la luz y decir que todo se lo lleva «el estado».

    El 80% de financiación es lo que te dice el banco el primer día que vas a preguntar (en algunos, el 60%), pero siempre hay margen para negociar. Lo malo que el españolito es de pedir en la hipoteca en el «banco de toda su vida» y quedarse con lo que le digan. También de tragar con lo de «no tenemos documentación» y hacer el periplo por toda oficina pública y/o privada para poder obtener lo necesario para poder hacer uso de tu nueva vivienda. Negocio redondo: pagas al banco y el trabajo lo haces tú. Pero no nos desviemos. Si te pones a negociar y a mirar múltiples opciones no es complicado conseguir un 90 o incluso un 100% de financiación. Yo compré en 2010 y conseguí 100% sin necesidad de avalistas ni otras garantías más allá de la nómina. Eso sí, tuve que patearme 13 bancos y aguantar las presiones del agente de la inmobiliaria y de mi pareja de entonces. Puede ser que las condiciones que quieras no las consigas en ningún banco, pero me atrevo a decir que si peleas y buscas tendrás mejores condiciones que las que te dicen en tu banco el primer día.

    Otra cifra que no me cuadra para nada es ese «10% de gastos de gestión». No sé de donde lo han sacado. Bueno sí, sumando todo tipo de impuestos, tasación y otras gaitas. Gastos de gestión reales suele ser lo mismo que la tasación, unos 300€. Si es vivienda nueva tendrás IVA y si no tendrás impuesto de transmisiones, además de la correspondiente inscripción en el registro. Son muchos importes por diferentes conceptos que pueden llegar a sumar un 10%, más que eso o menos. Es como si al IVA de comprar un televisor lo llamas «gasto de gestión» en la tienda.

    • Buena puntualización, efectivamente la mayor parte del 10% es del IVA, y efectivamente estoy convencido de que peleando el tema puedes conseguir hipotecas del 100%, aunque lo de hacerlo sin venderle tu alma al banco y tenerla solo con la nómina me parece un milagro. Pero oye, los milagros existen.

      Voy a cambiar la frase de gastos de gestión, gracias Land.

      • Sinceramente, si alguien necesita una hipoteca del 100% para comprarse un piso es que no debe comprarse un piso. El objetivo siempre debe ser pedir una hipoteca cuanto más pequeña mejor para pagar los menos intereses posibles.

    • Francisco Branch dice:

      Por supuesto que se puede intentar lo del 100%, pero asumiendo otro crédito solapado y anclándote al banco de por vida.
      Lo del 10% de gastos en vivienda usada creo que todos lo hemos entendido, otra cosa es el término que ha utilizado Javipas.
      Para la gente «corriente», buscar un piso de segunda mano de unos 200.000 euros supone tener en «cash» 40.000 más otros 20.000 para dar la entrada y los gastos. Y si no, morir al palo de los créditos.

  8. Añado un punto en el caso de que se compre para tener un comodín para la vejez y son los pisos heredados. Hoy en día la mayoría de la gente es hijo único o cuenta con solo un hermano, lo que unido al número de viviendas en propiedad que suelen tener las familias hace bastante probable que en la vejez te «toque» un piso en propiedad.
    Así que si uno de los objetivos de la compra es tener tranquilidad cuando se sea pensionista yo tendría ésto en cuenta.

    • Sí, eso lo incluía en los pros de la compra, está claro que puede ser un gran aliciente. Lo de dejar el piso en herencia también tiene su punto, pero también tienes el peligro de morir antes y dejarle la deuda a tus hijos (marrón) o que incluso acabe habiendo peleas fraternales por los pisos heredados, que también las hay. Pero ese es un tema peliagudo, y además una vez cascas poco podrás hacer para evitarlo 😐

      • Me has entendido al revés. El pro no es dejar un piso en herencia, sino que nosotros vamos a recibirlos por lo que comprar uno solo por la tranquilidad de tener un sitio pagado donde vivir cuando nos jubilemos pierde sentido.

      • Ahh, ahora te pillo. Sí, lo normal es que nuestros padres tengan una casa en propiedad por que en su generación la gente las pagaba bastante rápido (creo que las hipotecas a 10 años eran hasta raritas). En mi caso somos cinco hermanos así que la historia se complica, pero tienes razón claro.

        Otra cosa es que quieras vivir en el piso donde vivieron tus padres, algo que a priori a mí me parece raro. Lo normal es que el/los heredero/s acaben vendiendo para repartirse la pasta, diría yo. Pero como opción, desde luego, ahí está.

      • Raro eso de morir y heredar deudas, aquí en Colombia si cascas (usando sus «bellas» palabras españolas) se acaba la deuda…
        Pero ojo, no es gratis ni así para todas las deudas, al adquirir credito para casa o carro piden obligatoriamente pagar un seguro de vida. Por lo que si cascas el banco se acoje a ese seguro, liquida la deuda y «listo el pollo» (para usar una frase de aquí en Colombia).
        Aplica tambien si el credito hipotecario es de 2 personas, si una «se convierte en polvo» la deuda se acaba y se queda la otra con la propiedad total (pero con un vacio de por vida :'( )

  9. miguel dice:

    Jolin Javier,
    Leo este post y veo que no soy el único. Has ‘clavao’ mi situación pero a la inversa. En mi caso, tengo alquilado el mini resort burgués para que se vaya autopagando (con un pequeño diferencial que tenemos que poner cada mes) mientras vivimos en un pisito. Lo gracioso del tema es tener que explicarle a dos nanos de 5 y 3 años el por qué otros viven en la casa grande y nosotros en la pequeña. Pero bueno, de momento, no nos podemos quejar demasiado.
    Que duren los inquilinos y a seguir el lema: «El mejor momento no existe, criatura. La vida es ahora, siempre.»
    Que gran verdad. Lo malo es que se nos suele olvidar cada día.
    Saludos,

    • Qué curioso Miguel 🙂 Seguro que las circunstancias mejoran, por lo que dices la situación es la que es porque del otro modo estaríais un poco más apurados, así que creo que lo has hecho perfecto.

      Un abrazo y a intentar recordar esa buena frase. A mí también se me olvida constantemente, ojo. Cuídate!

    • Sí, gracias Francisco, me he enterado por excompañeros de PC Actual. Apenas le conocí, cuando yo entré él ya estaba fuera —fue uno de los pioneros en el mundo de la ciberseguridad en España— aunque coincidí una o dos veces con él. Parecía buen tipo, qué penita. Descanse en paz.

  10. Daniel dice:

    Alquilar, sin duda. La única posibilidad en la que contemplaría comprar sería si fuese a diseñar y a construir mi vivienda. Vamos, que para inversiones hay que huir del Prêt-à-porter y buscarse un buen sastre 😉

    Un contratista que conocí cuando empecé a trabajar (puf, vaya porrón de años ya) me dijo la única verdad incontestable que he podido constatar como cierta; y no, la de morirse aún no he podido constatarla, por suerte. Es esta:

    «Hay una vida mejor, pero es más cara»

    Alquilad, desdichados =D

  11. SrPerroverde dice:

    Muy buen post, pero, dejando a un lado que es un tema muy complejo, creo que se te olvidan un par de detalles importantes.

    Es cierto que en España tenemos una larga tradición de compra de vivienda y en otros países más al norte de Europa es más habitual vivir de alquiler. Sin embargo, estos países suelen tener unas políticas que favorecen esta situación. Por ejemplo en Francia (que alguien que domine más el tema me corrija), la vivienda sí que se trata de una necesidad básica y el estado dispone de una red de viviendas de alquiler que facilita a unos precios muy asequibles. Para la mayoría de la gente, no compensa hacer el esfuerzo de invertir en una propiedad. Aquí en España hay que afinar mucho al hacer los números para saber qué es lo más conveniente, si hablamos del tema económico. Dejo a un lado la gente con alta movilidad geográfica, que, en este caso, está bastante claro. Además, en este país tenemos un serio problema de paro de larga duración en personas mayores (entendiendo como mayores 50 años o más). Es habitual que, antes de alquilar una vivienda, te pidan una serie de garantías de que vas a poder pagar, por ejemplo, una nómina más o menos estable. Si no tienes ingresos, difícilmente te alquilarán nada, con lo que te puedes ver en la calle. Sin embargo, si compraste un piso relativamente joven, cuando te veas en esa situación puede que ya lo tengas pagado o que te quede una cuota muy pequeña comparado con los precios de un alquiler.

    Comprar una vivienda no tiene por que ser arriesgado, siempre y cuando uno sea consciente de sus posibilidades y se ajuste a ellas. Incluso, siendo conservador, puede ser muy buen plan lo que has hecho tú: invertir en un piso asequible, alquilarlo y, pagando un poco más, ir a vivir de alquiler a un sitio mejor. Si tus ingresos se reducen, siempre podrás volver a tu zulito.

    Yo compré mi piso siendo muy joven. Lo hice asegurándome de que podría pagarlo, incluso aunque empeorara mi situación. A partir de ahí, considero que, mientras tenga hipoteca, cualquier compra que haga es a crédito, porque lo que gasto en otras cosas no lo dedico a pagar la hipoteca. De esta forma, mi principal objetivo desde ese momento ha sido pagar mi piso.

    Vivir de alquiler está bien, siempre y cuando tengas ingresos suficientes durante toda tu vida. Piensa una cosa, Javi: le alquilarías tu zulito a alguien que no sabes si te podrá pagar el mes siguiente?

    • Bien por la reflexión, sí señor, pero aquí el argumento podría ser el inverso. Te compras una casa, la has estado pagando toda tu vida, y a los 50 te quedas sin curro y no consigues nada. Con una hipoteca detrás que no puedes pagar y que amenaza con dejarte sin nada. Eso también es muy, muy chungo. Diría que bastante más que el alquiler incluso.

      Difícil como dices tener en cuenta todos los escenarios, y como apuntas al final en alquileres pueden surgir problemas gordos con los inquilinos, ya comentaba que ahí hay historias de terror importantes. Es imposible estar preparado para todo, así que esperemos tener suerte sea cual sea la decisión.

      • SrPerroverde dice:

        Si llevas 15 o 20 años pagando una hipoteca, muy mal tiene que haber ido la cosa para que, vendiendo la propiedad, no puedas pagar lo que queda de crédito e incluso te quede algo de dinero.

  12. Explo dice:

    Buenas,

    era un firme defensor del alquiler (el único de mi entorno) ya que cuando me fui de casa, un agujero pequeño costaba al menos 50 millones y con mi sueldo no podía pagar eso ni en 40 años que me ofrecía el banco sin asfixiarme, y no voy a dejar de vivir por poseer una casa, aunque subieran de precio siempre, una apuesta segura decían.

    Sin embargo, ahora con más posibles y tras la caída del precio de los pisos, me sale bastante más barato la hipoteca que el alquiler, pudiendo hacer con mi casa lo que quiera, que lo de los muebles en los pisos de alquiler, tela…

    Lo que me he dado cuenta es que todo depende de la capacidad de negociar que tenga uno, si no tienes un poder adquisitivo alto al intentar comprar te crujen por todos lados, pero cuando uno tiene posibles todo son facilidades y posibilidades de negociación/rebaja.

    Y tengo el contra definitivo contra el alquiler, no volver a hacer nunca más una mudanza.

    Un saludo y enhorabuena por el blog

    • Jajjajaj lo de la mudanza es un puntazo! 🙂

      Y como dices, la compra puede tener sentido y más si logras estar en posición ventajosa para negociar, desde luego. Por eso decía al final que las circunstancias son las de cada uno. En estos momentos mi balance es ese, pero si mi situación cambia y encuentro un sitio ideal para mí (al menos en ese momento) quizás acabe comprando algún día. Lo veo difícil y mientras tanto como digo estoy feliz como estoy, pero mejor no decir lo de «de este agua no beberé».

      Saludos!

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